7 de mayo de 2015.- La Federación de Industrias Pesqueras del Sur Austral, Fipes, hizo un llamado al Gobierno a enfocar la discusión hacia temas urgentes del sector como son la ejecución de los planes de manejo pesquero y el fortalecimiento a la investigación de los recursos pesqueros de las regiones X, XI y XII.
“A la fecha nos preocupa que no existan investigaciones en las aguas interiores de las regiones al sur de Puerto Montt para conocer el real estado de los recursos y por lo tanto que las decisiones se sigan tomando con información incompleta”, indicó el presidente de FIPES, Carlos Vial.
“Durante los últimos dos años hemos enfrentado una reducción del 42% de las cuotas de los principales recursos para las Regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, lo que afecta a la pesca artesanal e industrial. A pesar del impacto negativo, junto a los pescadores artesanales y los trabajadores de las plantas de proceso hemos colaborado intensamente desde agosto del año pasado en los comités de manejo de congrio dorado y merluza austral para establecer planes de manejo que aseguren la recuperación de estos recursos. Sin embargo, el avance ha sido lento y tenemos temor de no llegar al proceso de fijación de cuotas para el 2016 con los planes de manejo aprobados”, aseguró Valeria Carvajal, gerente general de FIPES.
“Peor aún es la situación para la merluza de cola y la de tres aletas, donde los comités de manejo ni siquiera han sido llamados a constituirse, existiendo muchos vacíos respecto del comportamiento biológico de estas especies, por lo que se hace prioritario que la autoridad destine mayores recursos a la investigación”, sostuvo Mario Inostroza, presidente ejecutivo de la Empresa Desarrollo Pesquero de Chile S.A., Emdepes.
Con respecto a la jibia, Carlos Vial, recordó que la pesquería de la jibia o calamar gigante fue considerada por más de una década como una plaga tanto por parte de pescadores artesanales como industriales, debido a la masiva presencia en los caladeros de pesca de la macrozona centro-sur, y que luego se extendió también a las áreas de pesca de la zona sur austral, aumentando su importancia en la fauna acompañante de las pesquerías de arrastre de merluza del sur y merluza de cola, que son desarrolladas tradicionalmente en esa zona.
Claramente, la jibia generaba un problema para el sector por lo que se apostó por diversificar y formalizar su extracción, con cuotas globales que hoy bordean las 200.000 toneladas anuales y 100% enfocada para el consumo humano.
“Es importante considerar que la autoridad debe promover el uso eficiente de los recursos, y una de las opciones, para el caso de la jibia, es que se permita la transferibilidad de cuotas entre los sectores artesanales e industriales, como ocurre actualmente con la merluza austral”. Para esto es necesario que la jibia, junto con fijar una cuota global y fraccionarla entre sectores, debe ser declarada en Plena Explotación, luego someterla al Régimen Artesanal de Extracción y para el caso industrial, deben existir Licencias Transables de Pesca, LTP”.
Sin embargo, aún falta por conocer mayores antecedentes del comportamiento de este recurso, información que puede ser aportada por el proyecto “Monitoreo, historia de vida y dinámica reproductiva de jibia en aguas nacionales”, financiado por el Fondo de Investigación Pesquera y Acuicultura (FIPA).
Datos oficiales indican que la pesquería de la jibia se incentivó como una forma de recuperar a la merluza común, pues este molusco presenta una alteración importante al ecosistema demersal y pelágico de la zona centro sur, a tal punto que se estima que mientras se mantengan los actuales niveles de población de la jibia en las costas chilenas, tanto la población de merluza común y, probablemente, la de merluza de cola, no tienen mucha opción de recuperación o, al menos, se verán fuertemente afectadas.
Finalmente cabe destacar que la próxima reunión de comités de manejo de congrio dorado y merluza austral se realizará en Puerto Montt entre el 12 y 15 de mayo.
Meyling Tang
Aquaperiodista
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