Nicole Chaigneau V.
Psicóloga Universidad San Sebastián
Las pataletas son expresiones conductuales intensas, en que el niño generalmente se tira al suelo o intenta golpearse, con manifestaciones rabiosas como llantos o gritos. Son muy comunes en la edad preescolar y aparecen con mayor frecuencia entre el año y medio y los cuatro años.
En su peak de expresión, el niño pierde el control y es incapaz de razonar y de comunicarse, siendo absolutamente desbordado por intensas emociones. Generalmente se desencadena a partir de una situación que evalúa como crítica frente a sus deseos de autonomía y autoafirmación.
Los padres deben ante todo, mantener la calma, debido a que su descontrol y rabia sólo contribuyen a incrementar la ira del niño. El control coercitivo y cualquier forma de acción violenta actúan como reforzadores de la mantención de la pataleta, así como la respuesta inmediata a lo que el niño solicita. La respiración profunda por parte del adulto así como su actitud y conducta serena, son las vías más adecuadas para poner fin de la pataleta. También puede servir la intervención de un tercero o el cambio en el foco de atención por parte del niño.
El gran aprendizaje tras la pataleta es que constituye una de las primeras experiencias de aprendizaje de la regulación emocional, en que se logra identificar y manejar la emoción que surge involuntariamente. Con ello el niño logra obtener gradualmente un mayor control de sí mismo, a partir del modelo de regulación emocional de sus propios padres.
Esta regulación emocional es parte de la Inteligencia Emocional, de la cual hablará la Doctora en Psicología, Neva Milicic en su próxima visita a la Universidad San Sebastián, el próximo 11 de noviembre a las 9 horas.
