Magister Óscar Soto Fernández
Docente carrera de Enfermería Universidad Santo Tomas
Máster en Atención Primaria de Salud
Del 6 al 12 de septiembre de 1978, la Organización mundial para la salud (OMS), la organización panamericana de la salud (OPS) y la Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) convocaron a sus países miembros en la localidad de Almatý (Alma Ata), Kazajistán, a la reunión cumbre que definió a la Atención Primaria de salud (APS) transformándose en un hito histórico para el desarrollo de la salud mundial.
El gran desafío de la declaración de Alma Ata no solo está en su meta, sino que también en su visión participativa e integradora de la salud, ya que su consecución “entraña la participación, además del sector sanitario, de todos los sectores y campos de actividad conexos del desarrollo nacional y comunitario” dando a los pueblos el derecho a contar con servicios sanitarios y a los gobiernos “la obligación de cuidar la salud de sus pueblos”.
Hoy la atención primaria de salud en Chile, se constituye, en el centro de la reforma de salud implementada desde el año 2000, siendo su “función central y núcleo principal” abordando no solo la función de la recuperación de la enfermedad, de por si difícil y costosa, sino que priorizando estrategias como: la Promoción de la salud a través de conductas saludables; la protección de la salud, implementando barreras biológicas como las vacunas, o físicas tan comunes hoy en día. O bien la prevención de las enfermedades considerando acciones como los controles de salud y la pesquisa precoz.
Los cambios demográficos que presenta el país sumado a los nuevos desafíos epidemiológicos, donde la enfermedad está asociada más que a causas microbianas, a conductas personales, como mala alimentación, hábitos nocivos para la salud, sedentarismo, entre otros; obliga a los equipos a extremar esfuerzos que lleven a cambios de conductas favorecedoras de la salud.
La implementación de esta estrategia en Chile no ha sido fácil, sin embargo, y a pesar de todos los obstáculos, su aporte a los objetivos sanitarios es enorme, con resultados notables en la reducción de la mortalidad materna e infantil a través de los controles de las embarazada y la población infantil; del control y la erradicación de las enfermedades infectocontagiosas como la viruela, el sarampión, la rabia, la tuberculosis y hoy el COVID 19 a través de la vacunación, por señalar algunos.
Es claro que hoy los desafíos son otros, como el envejecimiento de la población, la irrupción de las enfermedades crónicas, el cáncer, o los problemas de salud mental. Problemáticas que requieren de métodos ingeniosos, de nuevas formas de dar y hacer salud.
Celebremos un aniversario más de la Atención Primaria de Salud, revisemos sus logros, teniendo en cuenta los desafíos que este nuevo milenio nos presenta y que estos dos años se han podido vivenciar con demasiada rudeza.
La “salud para todos”, es la gran meta y debemos seguir avanzando.