Pasar agosto


por Marianne Wentzel
Psicóloga U.San Sebastián


La creencia popular sobre la importancia de pasar agosto cuando las personas tienen más edad, guarda relación con los prejuicios sociales contra la adultez mayor. Existen muchas teorías que pretenden explicar el proceso psicológico que experimentan las personas cuando alcanzan este momento en sus vidas. En este contexto, la Teorías del Envejecimiento por Desgaste, apunta a que existiría en la adultez tardía una especie de “fatiga material”, en la que el cuerpo, por el desgaste natural del tiempo, comenzaría a tener ciertas dificultades. Sin embargo, es importante señalar que investigaciones recientes indican que generalmente el deterioro ocurre por desuso más que por falla estructural.

Entonces, el invierno supone un ambiente que aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias (entre otras) en toda la población, pero se concentra más en los grupos poblacionales más vulnerables: lactantes y adultos mayores. Esto aumenta la idea del riesgo asociado a este mes en particular (agosto simboliza el fin del invierno, por tanto, el fin del periodo de frío).

Pese a la connotación social del término tercera edad, es importante señalar las características positivas asociadas esta etapa: hay un incremento de la interioridad (mayor introversión y reflexión), hay un cambio en la percepción del tiempo y ocurre la personalización de la muerte. Todo lo antes descrito es una oportunidad para buscar un sentido o un propósito a lo vivido.

Erick Erickson, un reconocido psicólogo del desarrollo, sostiene que si somos capaces de mirar atrás y aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas, entonces no necesitaremos temerle a la muerte, ni menos temerle al mes de agosto.
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