Tiempo de decisiones


Carmen Birke Lüttecke Psicóloga Universidad San Sebastián


Ha pasado Navidad, dejándonos el espíritu sumido en deseos de paz y alegría, luego de haber estado rodeados de nuestros seres más queridos y cercanos. Muchos buenos augurios, esperanzas de un mañana mejor, y nuestra alma se sonríe soñando con el logro de nuevos proyectos y aspiraciones.

Sin embargo, existe un pequeño grupo de jóvenes dentro de la sociedad que enfrentan a fin de año momentos muy significativos en sus vidas. Ellos no están tranquilos ni relajados, sino viviendo momentos de mucha ansiedad: son los egresados de IV Medio de distintos colegios y Liceos de Chile que rindieron la PSU hace algunos días. Para ellos, se entremezclan sensaciones, entre los festejos de fin de año y las dudas, incertidumbres y temores que surgen, permanecen o se disipan, respecto a su futuro. No son días fáciles, surgen muchas preguntas y escenarios posibles.

Son jóvenes que esperan sus resultados el día 2 de enero 2011, y a partir de los cuales se decidirán muchas situaciones trascendentales en sus vidas, como el campo laboral futuro, ciudad donde se radicarán, nivel de ingresos posibles, entre tantos otros.

Hay jóvenes que tienen muy claro lo que desean y se han organizado y planificado considerando distintas opciones de acuerdo a los posible puntajes que pudieran obtener. Sin embargo, no es así para todos, y existen algunos que aún se encuentran muy desorientados. Quienes señalan que decidirán la opción profesional sobre la base del puntaje obtenido, no están considerando aspectos esenciales en la decisión vocacional. Decidir lo que se estudiará y que constituirá aquella actividad que se realizará durante toda la vida, no puede dejarse al azar, y tampoco hacerlo depender del puntaje que se obtenga. Si bien éste es importante, ya que determina la casa de estudios a la que se podrá acceder, se requiere tener claro cuáles son las características personales que cada uno posee. ¿Qué aptitudes poseo?, ó ¿Cuáles son mis fortalezas, aquello en lo que tengo más habilidad? Ello constituye uno de los aspectos centrales de la decisión vocacional, pero también se necesita realizar un proceso profundo de autorreflexión que permita darse cuenta qué les gusta, en qué disfrutan más, de modo que aquello que vayan a realizar toda la vida, les agrade, lo disfruten, y no constituya un martirio. Esos son aspectos esenciales en la toma de decisiones respecto al futuro, sin desconsiderar aspectos de personalidad, como por ejemplo, el que si les gusta trabajar con personas, si poseen espíritu de servicio y preocupación por los demás, si les agrada el trabajo rutinario o necesitan crear cosas nuevas cada día. Se suma a ello también la laboriosidad, cuán dispuestos están a hacer esfuerzos sistemáticos y mantenidos, necesarios para el buen logro de una profesión.

En este proceso, que constituye el proyecto de vida personal, es importante primero un análisis personal, individual, que no permita el verse influenciado por otras personas, por lo que quiere el pololo, la amiga u otro. Se puede recurrir a opiniones de personas que los conocen y que pueden saber de vuestras fortalezas y debilidades. Sin embargo, la decisión final es siempre personal.

Lo importante es plantearse seriamente frente a lo que se desea, haciendo una reflexión profunda de las aspiraciones, y no esperar a ver el puntaje obtenido para tomar una decisión tan trascendental como esta.

¡ÉXITO EN EL PROCESO!
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