Pamela Carrasco
Docente Carrera de Fonoaudióloga
Universidad de Las Américas Sede Concepción
Cada 31 de mayo se conmemora el Día Mundial sin Tabaco. Este día lo instauró la OMS con el objetivo de concientizar a la población acerca de los daños que este causa a corto y largo plazo en la salud. Si bien el consumo a nivel mundial ha ido a la baja en los últimos años, aún existe cerca de un 22% de la población que mantiene este hábito.
El tabaco es uno de los principales factores de riesgo que afectan a la voz, por lo que eliminar el consumo es la mejor opción para cuidarla, pues en muchas personas es una herramienta fundamental de trabajo al ser nuestro canal de comunicación.
Según la OMS, el tabaquismo es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo. Dentro de las enfermedades que se asocian al tabaco hay varias que provocan alteraciones en las vías respiratorias tales como bronquitis crónica, edema de cuerdas vocales, enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, de laringe, bucofaríngeo y laringitis crónica. Se ha demostrado que el riesgo relativo de desarrollar cáncer laríngeo en los fumadores que consumen al menos 10 cigarrillos al día por 10 años es 30 veces mayor al de los no fumadores.
Varias de estas enfermedades tienen como síntoma la disfonía, que es la pérdida parcial de la voz. Existen otras alertas importantes a las que debemos estar atentos, como el cansancio vocal, dolor al hablar, carraspeo, tos crónica y/ ronquera.
Las toxinas y el humo del cigarrillo tienen efectos importantes en el tracto vocal generando también cambios del tono, sonido más grave y ronco, lo que es más notorio en las mujeres. Cuanto mayor es el consumo más se ve afectada la voz y, por lo tanto, la comunicación efectiva de una persona.
Algunos síntomas y alteraciones son reversibles, pero otros pueden provocar daño permanente en nuestro cuerpo, por lo que mientras antes se tome la decisión de abandonar el hábito tabáquico, más probabilidades se tienen de evitar enfermedades irreversibles. Es importante recalcar que si luego de una semana de la aparición de una disfonía esta no desaparece, se recomienda consultar con un médico especialista para la evaluación completa, la cual incluye algún examen de visualización de las cuerdas vocales como lo es la laringoscopía.