Juan Carlos Labarca
El nombre dice todo de alguien y es la razón que tiene el escritor puertovarino Juan Carlos Labarca para iniciar una campaña que cambie el nombre del volcán Osorno a uno que recupere los rasgos de la zona, de los pueblos originarios y que sirva para fortalecer los rasgos de identidad de la cuenca del lago Llanquihue, por el patronímico mapuche Pire Pillán o Llanquihue.
Para el literato, el nombre actual del macizo –Osorno- corresponde a un pequeño municipio español, que en la actualidad cobija a algo más de un millar de personas y cuyo único nexo con nosotros como ciudad o región, “es que el fundador hispano de la ciudad que lleva ese nombre, era oriundo de esas tierras”, aclaró.
Para Labarca, el volcán es uno de los más hermosos del país y verdadero embajador de la zona de los lagos y ríos que recorren miles de turistas nacionales y extranjeros, además de ser su imagen la postal más representativa de la provincia y de su gente.
En tanto, el escritor Paulo Huirimilla –coordinador del programa de enseñanza bilingüe español-mapuche en Puerto Montt- dijo que le parece interesante abrir este debate, que permite a la comunidad participar de forma activa, “aunque para mí el nombre del macizo montañoso debiera ser hueñauca, o lugar del espíritu rebelde”, aclaró.
INICIAN CONTACTOS
“Este cono es una perfección de la naturaleza que desde siempre está al alcance de nuestra vista, por lo que pasa a constituir una parte importante de nuestro patrimonio. Por esta misma circunstancia no nos podemos conformar que pueda tener un nombre que no nos identifica” agregó.
Debido a lo anterior, Juan Carlos Labarca ya inició una serie de contactos a través de redes sociales con artistas, vecinos y amigos para sumar apoyos al proyecto y para luego ser presentado ante las autoridades para realizar un plebiscito ciudadano o comicio comunal para lograr este objetivo.
“Para mí siempre fue una duda entender por qué esta belleza que genera un justificado orgullo de parte de todos nosotros, quienes vivimos de manera permanente a la orillas de este singular lago, un verdadero océano de agua dulce, podamos aceptar el nombre de este coloso sea tan ajeno a nuestra identidad”, dijo el escritor.