- Balance. Colaboración del público fue clave para que la fiesta se desarrollara en completa tranquilidad., dijeron organizadores.
A ritmo de corrido cantaron y lloraron, bailaron y sufrieron las más de 7 mil personas que atestaron los accesos de la Delegación Municipal para celebrar el 2º Festival Ranchero de Alerce y que este año convocó a reconocidos artistas de ese estilo musical en la fiesta popular más grande realizada en la ciudad satélite, organizada por la Municipalidad de Puerto Montt.
El festival, con un claro perfil vecinal y de acceso inclusivo y participativo, representó fielmente la histórica raigambre de la música mexicana en el sur chileno, donde se arraigó desde la primera década del siglo XX, logrando en el transcurso del tiempo temas y cultores propios, hasta ser considerada prácticamente parte del folclor nacional.
Para el delegado municipal Fredy Barría, el resultado “sorprendió debido a que aumentó el público que ya el año pasado fue considerable, lo que nos señala que la cultura es un vehículo inclusivo y formador que debemos seguir alimentando, estamos muy felices de contribuir así al circuito de eventos del verano”, puntualizó.
CHILE Y MÉXICO
La fiesta que se inició a las 21 horas se prolongó hasta la 1 de la madrugada con una serie de peticiones de vuelta al escenario de los cantantes, resaltando que la fiesta se realizó con total normalidad y tranquilidad, sin registrarse incidentes, “lo que habla muy bien de la colaboración del público”, agregó Barría.
En tanto, el guitarrista del grupo "Los Manantiales", Raúl Angulo, manifestó que "estoy encantado de estar en Alerce. Estamos compartiendo con la gente, tenemos muchas canciones que son conocidas por nuestros admiradores, como el tema ‘Camino sin regreso’, ‘Flor de las flores’, ‘La flora y tu florero’, cumbias como ‘El marinero’ y muchas más".
En el show participaron El Charro Ortiz, Los Cumbieros y sus bailarinas, Proyecto 2, Yianko Show Ranchero, Rolo (humorista) y cerró el grupo Los Manantiales.
La música ranchera logró su auge en Chile cuando comenzó, en 1910, la Revolución Mexicana. La simpleza de sus letras pasionales, sencillas y directas, más un ritmo contagioso y alegre, servían de soporte para informar a la población de los progresos y lugares donde se hacía la guerra.
En trenes, en poblados de la costa o del interior, sus cultores convirtieron esta música en el género más importante, un verdadero periódico ambulante, en el que resaltaron corridos a Emiliano Zapata, Benito Juárez y a Pancho Villa.
Tras 100 años y a 10 mil kilómetros de distancia, ese ritmo es uno de los favoritos del público rural del sur chileno.