Los niños requieren de un tipo de autoridad tranquila, paciente y clara


Sylvia Langford
  • Más de 200 educadoras y técnicos en educación parvularia, académicos y autoridades participaron de la charla dictada por destacada psicóloga británica Sylvia Langford, creadora del “Método Langford de enseñanza para niños y niñas”, el cual busca entrenar la voluntad y la actitud de hacer en los menores.
Con una gran y participativa concurrencia se llevó a cabo en el salón Azul de la Intendencia Regional la charla de la psicóloga experta en educación Sylvia Langford, actividad organizada por el Jardín Infantil Castillo de Ilusión de la Junta Nacional de Jardines Infantiles. En la oportunidad la profesional invitó a los presentes a reflexionar sobre el comportamiento actual de los niños y explicó como se trabaja en el aula su metodología; finalmente, el jardín Castillo de Ilusión contó como ha sido su experiencia aplicando esta técnica en uno de los niveles medio menor de establecimiento.

La actividad se inició con las palabras de la directora regional de JUNJI Los Lagos, María Paz Martínez, quien destacó la importancia de atreverse a innovar en los jardines infantiles, el practicar diversas formas de enseñar y que permitan mejorar los aprendizajes y conductas de los niños y niñas que asisten a los establecimientos. “Cada día se hace más relevante la innovación en las prácticas educativas, para nosotros como Institución es fundamental como una forma de mejor la calidad de la educación que estamos impartiendo, es por ello que espero que más jardines de la región se interesen por aplicar este método en sus aulas”, expresó la personera.

Langford plantea que su método, a través de una metodología sistémica, busca entrenar las habilidades cognitivas y emocionales. “Lo trabajamos es el entrenamiento de la Voluntad y de la Actitud de Hacer, que permite desarrollar Hábitos y para ello el niño requiere de un guía (padres, educadores, etc) tranquilo, paciente, cercano y que sea capaz de dar instrucciones claras”, explica la psicóloga. “Este método permite mejorar el clima de aula y por tanto el estado idóneo para el aprendizaje, pues los niños y niñas se concentran más, están más tranquilos y relajados, comenta”.


Experiencia de Jardín Castillo de Ilusión

El Jardín Infantil Castillo de Ilusión, dependiente de JUNJI, es uno de los más antiguos de Puerto Montt, desde hace 35 años se sitúa en una de las poblaciones más antiguas de la ciudad. Cada mañana llegan hasta sus salas 196 niños y niñas que se distribuyen entre la sala cuna y los niveles medios.

Si bien el jardín se caracteriza por la innovación en sus prácticas educativas, a muchos llamó la atención las actividades que desde el mes de junio del año pasado comenzaron a llevar a cabo cada mañana los 28 párvulos que asistían al nivel medio menor. Los niños y niñas llegaban a su sala y luego de la acogida las educadoras les mostraban un video donde se les invita a repetir y relacionar una serie de movimientos con palabras y sonidos, para luego ir hacia los estantes y tomar un libro en el cual trabajaban con trazos y formas.

“Así es como los niños y niñas trabajan cada día el Método Langford”, cuenta la directora del jardín Ingrid Mardones. Ella conoció este método de enseñanza; que motiva el aprendizaje a través del vocabulario, la memoria y la dirección de trazo, la música, el canto y la expresión corporal; y de inmediato vio la posibilidad de implementarlo en el jardín. “Invitamos a Silvia Langford a conocer el jardín y ella nos ofreció incorporar su sistema en uno de los niveles. Dijimos que sí sin titubear, ya que contamos con el apoyo de las familias, las cuales son fundamentales en esta forma de aprender.

Y vaya que aprendieron los pequeños. De eso pueda dar Fe la educadora del nivel, Jesica Manqui, quien con mucho entusiasmo cuenta como los párvulos ya mostraban avances desde la primera semana de trabajar con este método, como fueron desarrollando la concentración, el compañerismo, la autonomía e incluso comenzaron a esforzarse más para concretar las actividades que se realizaban. “Los niños y niñas demostraron más compañerismo y colaboración entre ellos. Por ejemplo, para que los párvulos reconozcan su libro de actividades se pegó en cada uno de ellos una foto del niño o niña a quien le pertenece. Luego de ver el video y realizar las actividades de repetición que se indican, los párvulos van a buscar su libro y reconocen el propio y el del compañero por la foto y se los van entregando entre ellos, se dicen acá esta el tuyo, este es el del María, etc.” , contó la educadora.
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