Diputada Marisol Turres sobre Plan Estadio Seguro


Con pena veo como el Plan Estadio Seguro se ha convertido, desde su concepción, en una política pública fracasada en relación al espectáculo del fútbol chileno y la seguridad de los hinchas que, se suponía, debía proteger.

Dicho lo anterior, quisiera señalar tres aspectos que me preocupan de sobremanera. Lo primero, haciendo hincapié en que Estadio Seguro nació mal enfocado, durante la administración de Sebastián Piñera los desmanes se cometían, en su gran mayoría, fuera de los estadios y no como ahora con incidentes acaecidos al interior de los recintos, pasándose por alto todas las normas vigentes y competencia de las autoridades designadas para velar por su cumplimiento.

En segundo orden, y a propósito de las declaraciones efectuadas a Canal 13 por el actual encargado del plan, don José Roa, señalando que es la voluntad del Gobierno de la Presidenta Bachelet revisar la normativa vigente si se presentan argumentos para ello, indicar que ya a fines del año 2012 sabíamos qué cosas había que modificar a la Ley de Violencia en Los Estados y su reglamento, como asimismo, la coordinación que Estadio Seguro debía tener con los clubes, barras y Carabineros. Estas modificaciones  fueron debatidas con los principales actores (ANFP, clubes e hinchas) e ingresadas a trámite en el Congreso en enero de 2013, con los patrocinios de mis colegas Ramón Farías y el ex diputado, Marcelo Díaz, actual Embajador de Chile en Argentina. 

Desde que fue designado el señor Roa vengo tratando de que fije una fecha para reunirnos y poner estos antecedentes sobre la mesa de las nuevas autoridades, ya que, por sus declaraciones, parecen no conocer bien la problemática que rodea al espectáculo del fútbol ni de lo realizado hasta la fecha para mejorarlo.

Y en tercer lugar, quiero advertirle a las nuevas autoridades que, de no mediar un cambio radical en las políticas que impulsa Estadio Seguro, seguirán ocurriendo actos de rebeldía de los hinchas que, justificadamente, intentan llamar la atención de las autoridades. No comparto algunos métodos utilizados, pero sin duda que los entiendo.

Este domingo, probablemente, seremos testigos de nuevos incidentes y la autoridad recurrirá de nuevo a lugares comunes para justificarlos. El prohibir los bombos no solucionó nada, dejando obsoleta la teoría de que era un símbolo de poder o un medio de transporte de elementos prohibidos. Es más, hemos visto como siguen ingresando dichos objetos, hoy no permitidos, incluso en mayor cantidad que antes. Esta medida sólo minó el ánimo de la hinchada al retirar de la fiesta un símbolo de alegría y no “de poder” como se dijo el año 2011 cuando se prohibió su ingreso a los estadios del país.

Por lo expuesto, hago un llamado a la autoridad a dar urgencia a las modificaciones presentadas el año 2013 y a abrir un debate amplio, pronto, para encontrar una solución razonable y, por sobretodo, que beneficie a la familia del fútbol, que no son sólo los jugadores y sus dirigentes.

Estamos quitándole espectáculo a uno de los deportes más seguidos por los chilenos.
Seremos, muy pronto, sede de una Copa América, en la cual no sólo debemos demostrar que somos un país con capacidad de organización de clase mundial, sino que somos una sociedad que puede brindar alegría y espectáculo a la vez que seguridad.


MARISOL TURRES FIGUEROA
Diputada de la República
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