El supermercado no se puede pagar en seis cuotas

por Karin Bravo Fray
Académica de Ingeniería Comercial
Universidad San Sebastián

Uno de los principios financieros básicos que debemos aplicar en nuestro día a día es no gastar más de lo que recibimos como ingreso y, si tenemos que endeudarnos para adquirir un bien o servicio más costoso, esto conlleva un costo o interés, que debe ser capaz de solventarse en el futuro.

Sin embargo, muchas personas se olvidan de este hecho, y aprovechan el fácil acceso a las tarjetas de crédito bancarias y de casas comerciales, llegando a un nivel de endeudamiento que no sólo supera su sueldo, sino que en muchos casos llega a niveles extremos de duplicarlo. Y esto ocurre por la falta de cultura financiera de las personas, que en algunos casos se traduce hasta en falta de lógica.

Si el pedido del supermercado que consumimos en un mes lo pagamos en seis cuotas, o el vestuario de invierno todavía lo estamos pagando en verano, en algún momento vamos a colapsar cubriendo sólo deudas por consumos ya realizados, quedando sin recursos para el presente.

Espero que la triste e injusta situación ocurrida en La Polar sea un cable a tierra para los consumidores que han asumido riesgosas conductas de consumo, para que procuren controlar su comportamiento de compra, definiendo prioridades de consumo y asumiendo que ninguna tarjeta de crédito es tan maravillosa como para olvidarse de cobrarles en el futuro cercano.


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