MIERCOLES 24 DE ABRIL, 20:00 H. EN GALERIA BOSQUE NATIVO
“LA JOVEN DE LA PERLA” (Reino Unido, 2003. 95 min.)
de PETER WEBBER
ENTRADA LIBERADA, APORTE VOLUNTARIO Y COOPERACIÓN
Este ciclo de cine nos reafirma que la pintura y cine mantienen una relación de convivencia que da buenos frutos desde mucho tiempo. Buen ejemplo de esto es “La Joven de la Perla”, donde el británico Peter Webber, con su ‘opera prima’ traslada al espectador a las atmósferas de ensoñación y detallismo pintadas por el holandés Johanes Vermeer en el siglo XVII. Con un hermoso trabajo de fotografía de Eduardo Serra y la impecable interpretación de Scarlett Johansson, el filme narra una contenida historia de amor y en parte explica la personalidad de del pintor.
El bautizado Joanis Vermeer, (1632-1675), pasa toda su vida en Delft, pujante ciudad de treinta mil habitantes con un desarrollo industrial, mercantil y financiero sustentado en el comercio internacional y las industrias cervecera y de la cerámica. Esta prosperidad desarrolla también la vida cultural y un importante mercado para el arte. En un ambiente de complejidad familiar dado su origen protestante, un matrimonio con católica de familia adinerada, una vida dominada por las aspiraciones sociales de su fértil esposa y el número de 15 hijos se lo comprende en permanente tensión. Además, Maria Thins, una suegra ambiciosa junto a Pieter Claes van Ruijven, merchant de art lo someten a una cuasi esclavitud y exigencia a su proceso productivo. Vermeer, se hunde junto a su país, en las deudas, sobre todo desde el catastrófico año 1672 – cuando Francia, Inglaterra y la diócesis de Colonia y Münster conjuntamente le declararon la guerra a la República de las Siete Provincias Unidas de los Países Bajos. Si bien la historiografía lo reconoce como un personaje respetado, dirigente del importante gremio de los pintores, y valorado pintor, su prolijidad y baja productividad y situación familiar le terminan generando profundas depresiones que le impiden pintar y finalmente lo enferman mortamente a los 43 años.
En lo artístico de Vermeer se establece que apenas llegó a pintar 36 obras maestras. Esta exigua producción sin embargo ha sido valorada como lo mejor de su tiempo. El cuadro “La Joven de la Perla”, -también conocido como La Gioconda del Norte-, inspiró tanto al poeta Paul Valéry como al prosista Marcel Proust para sus obras. Su producción que deriva de la pintura de escenas históricas de la biblia y la mitología clásica a escenas de interiores de mayor intimidad, con las que cautivó a críticos y compradores lo sitúa junto a Rembrandt van Rijn y Franz Hals como los tres destacados del siglo de oro de la pintura holandesa. Su trabajo tiene como constantes la armonía y el orden, la prolijidad en la composición, el uso de la perspectiva rigurosa, la fineza en la representación de la luz, pero sobre todo, su afección por escenas de interiores serenos
“La Joven de la Perla”, ha inspirado al cineasta británico Peter Webber, quien con esta película ha protagonizado uno de los más inesperados debuts cinematográficos británicos. El filme, que se hizo acreedor del premio a la mejor fotografía en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, está basado en la novela de Tracey Chevallier, novela escrita en 1999. El personaje de Griet es una ficción dentro de una película basada en hechos reales y es una es una creación exclusiva de la novelista. Su identidad precisa sigue siendo un misterio. Pudo ser una criada, como la película recrea, una pastelera o María, la hija mayor del pintor. En este caso, se construye la identidad de una adolescente sensible de una familia calvinista que llega a trabajar en el tumultuoso hogar de un clan católico en la ciudad holandesa de Delft. Este especial drama incluye un comentario sobre el abismo entre las clases sociales, la tensión religiosa, además de recrear minuciosamente un tiempo escasamente retratado en el cine. El filme incorpora muchos detalles y ha contado con un gran presupuesto y equipo, el lujo de un largo proceso de investigación y la posibilidad de suntuosos trajes y delicadas escenografías. Es interesante como la prolijidad de los detalles no restan protagonismo a los personajes de profundas miradas, contenidos gestos y permanentes silencios, y al igual que la pintura de Vermeer -plena de perfectos detalles- pero que tranquilamente entregan la esencia de la situación o el personaje.
IC. 2013
IVAN CARDENAS G.
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