- Con una amplia mayoría -28 votos a favor y sólo dos en contra- fue aprobada la medida que apunta a terminar con la exclusión por etnia, religión, afiliación política, apariencia física y orientación sexual, entre otras.
- De acuerdo con el Dr. en Sociología de la Universidad de Santiago, Cristián Parker, las reacciones manifestadas por algunos integrantes de iglesias evangélicas en el Parlamento, “obedecen a visiones teológicas más conservadoras y que no están atendiendo a los cambios” entre sus propios fieles.
Fue uno más de los agitados momentos que por estos días ha vivido el Parlamento. Esta vez el desalojo de los asistentes a la sesión del Senado se produjo al conocerse los resultados de la votación que aprobó -por 28 votos a favor y dos en contra- la Ley Antidiscriminación.
El espíritu de la medida, y según lo plantea el propio texto legislativo, busca sancionar "toda distinción, exclusión o restricción que carezca de justificación razonable, efectuada por agentes del Estado o particulares, y que cause privación, perturbación o amenaza en el ejercicio legítimo de los derechos fundamentales establecidos en la Constitución Política de la República o en los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Chile y que se encuentren vigentes".
El doctor en Sociología de la Universidad de Santiago, y experto en materia religiosa, Cristián Parker, advierte que “esta ley constituye un paso adelante en el respeto a la diferencia, y la construcción de una democracia inclusiva y no excluyente, en que se realza la no discriminación como valor fundamental de una democracia”.
“Iglesias deben adecuarse a los cambios”
Una de las más acaloradas reacciones fue la manifestada por representantes de algunas iglesias evangélicas, para quienes la medida legislativa constituye una suerte de retroceso moral, y un primer paso para llegar al matrimonio entre personas del mismo sexo. De acuerdo con Parker, “estas reacciones obedecen a una visión de mundo, fundamentada en una perspectiva religiosa tradicional y conservadora de la realidad, no atenta a los cambios que hoy vive la sociedad del siglo XXI”, asegura.
De acuerdo con el investigador del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Usach, “la teología también analiza los signos de los tiempos, que implica que estas instituciones se adecuen a los desafíos de realidad. Si la historia entrega nuevas formas de relación humana, es importante que las iglesias entreguen, desde esas nuevas formas, criterios éticos y evangélicos para afrontar esas realidades”.
No discriminación: cuestión de educación
No sólo el respeto a las preferencias en la vida afectiva y sexual de hombres y mujeres pretende garantizar la nueva ley, sino también sancionar todo acto que atente contra las personas, y que probadamente diga relación con características como la religión, etnia o raza, preferencia política o participación gremial, nacionalidad, origen socioeconómico, entre otros.
En este sentido, Cristián Parker, especialista de la USACH, agrega que “el otro paso es continuar instalando la no discriminación en cada esfera de la sociedad, sobre todo en aquellas relacionadas con la educación. Esto porque el respeto, la aceptación y la no discriminación es un tema amplísimo, que no sólo se refiere a lo sexual, también a todo aspecto relacionado con las características humanas que nos hacen diversos”, concluye.