- Según análisis realizado por experto de la Universidad de Santiago, a partir de la aplicación del test, los resultados son malos, pero esperables.
- Dr. Juan Silva: “Se reafirma el hecho que estamos frente a resultados muy pobres, si tenemos presente los 20 años del proyecto Enlaces y el presupuesto invertido en dotación tecnológica y formación de docentes asignado para este tema”.
La evaluación consistía en la aplicación de un software que a través de una conversación de chat, daba las instrucciones a los alumnos, para desarrollar una serie de tareas para medir sus competencias en el manejo de las tecnologías. Las otras cifras revelaron que el 50,5% de los estudiantes se ubicó en un nivel “intermedio” y un 46, 2% en el inicial.
El director del Centro de Investigación e Innovación en Educación y TIC de la Universidad de Santiago, Dr. Juan Silva, asegura que los resultados de esta medición si bien son malos, eran esperables dado los antecedentes que se tenían del censo TIC del año 2009, demostrando una correlación con los resultados obtenidos en la medición del 2011.
Proyecto Enlaces
“Se reafirma el hecho que estamos frente a resultados muy pobres, si tenemos presente los 20 años del proyecto Enlaces y el presupuesto invertido en dotación tecnológica y formación de docentes asignado para este tema”, remarcó el académico del plantel estatal.
A lo anterior, se suma que el Ministerio de Educación, a través del proyecto Enlaces ha dotado de distintas tecnologías a las escuelas. Por ejemplo, laboratorios de computación, pizarras interactivas, notebooks, proyectores en el aula, así como laboratorios computacionales móviles, con el fin de potenciar el desarrollo de habilidades en el área de las TIC por parte de los estudiantes.
“No obstante, lo anterior, todos los estudios realizados por la OCDE y la misma entidad gubernamental, demuestran que el tiempo destinado al uso de las TIC es escaso. El promedio del uso de los laboratorios tecnológicos en las escuelas es de una hora”, explica el investigador.
Según el Dr. Silva, tal decisión repercute en el grupo de estudiantes más vulnerables, pues ellos acceden a las herramientas en sus establecimientos, por ende, su nivel de alfabetización digital no alcanza el óptimo, haciendo notoria la brecha socio-económica ya existente en el país.
“No es raro que se manifieste la diferencia entre los niveles socio-económicos, porque lo que demuestra el SIMCE es que la misma brecha social y de acceso a la tecnología, se refleja después en la brecha de uso, es decir, a mayor poder económico, mayor acceso y mejor uso. A menor nivel económico menos acceso y peor uso”, advierte el académico de la estatal.
Posibles repercusiones
El especialista en TIC, remarca que es de vital importancia que no se reitere lo mismo que ocurre con esta evaluación en los otros sectores, como matemática o lenguaje y comunicación, donde los colegios preparan durante meses a sus alumnos antes de rendir el SIMCE.
“No se sacamos nada con que la gente sepa utilizar operativamente la tecnología, porque en realidad lo que interesa es que la empleen de manera funcional y siempre en post de un objetivo pedagógico”, plantea Silva.
El investigador señala que para mejorar estos resultados, los profesores deben atreverse a incorporar estas herramientas en las aulas, para lograr objetivos pedagógicos establecidos en el currículum y de forma complementaria responder a los objetivos asociados a la alfabetización digital.
Adicionalmente, estima que deberían desarrollarse talleres tanto a estudiantes como padres y apoderados, pero reducidos a unas 12 horas, para que puedan reorientar el uso de las tecnologías, convirtiéndolas en un aporte para sus estudios y no verlas como una mera entretención.
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