Rosana Alday
Directora Departamento Pedagógico
Universidad San Sebastián
El lunes 1 de agosto ha comenzado no sólo un nuevo mes de este año, sino que también se han dado a conocer las nuevas propuestas del Ministerio de Educación, que abarca los temas más importantes y por todos sabidos como débiles en nuestra educación.
Ese día conocimos una serie de medidas que propenden a terminar con las movilizaciones de estudiantes y avanzar a un gran consenso político y social que mejore la educación de Chile y que logre que todos los actores trabajen en pos de la calidad y en llevar a hechos concretos todas nuestras buenas intenciones. El problema es que las peticiones de estudiantes y profesores exigen respuestas concretas, han pedido claridad de montos y fechas que no se presentan de manera concreta en el documento dado a conocer por la autoridad, lo que inevitablemente ha traído ya los primeros rechazos por parte de diversos grupos de estudiantes de educación superior. En los días siguientes, han aparecido en la prensa nacional los comentarios de las Federaciones de Estudiantes de varias universidades en todo Chile, quienes se han manifestado en términos negativos respecto a llegar al gran acuerdo por la educación.
Pareciera ser que el tema pasa por la proposición de mesas de trabajo, de apertura a un diálogo sincero, abierto y personal con los involucrados en el tema, ya que como vemos, petitorios de un lado y propuestas de otro no han aportado a la solución del conflicto que amenaza por varios focos en radicalizarse, haciendo peligrar nuestra debilitada convivencia nacional.
Mientras ello sucede, el país se olvida que existen estudiantes que esperan acceder a los mismos beneficios que tienen estudiantes de universidades apoyadas por el Estado, quienes continúan cumpliendo su planificación académica, insertándose en sus centros de práctica y contribuyendo con su aporte al desarrollo de sus regiones y el país. Es necesario entonces, reconocer el trabajo de instituciones que permiten a sectores más postergados socialmente trabajar en pos de obtener un título profesional, valorar el esfuerzo de estos jóvenes y sus familias, que requieren y se han ganado igualmente el apoyo del Estado en el cumplimiento de sus sueños de una mejor calidad de vida.