Mariela Rubano Lapasta
Abogado
Académica Facultad de Derecho
Universidad San Sebastián
En el sistema político actual ha aumentado la crítica que apunta a la forma en la cual son designados los candidatos al Parlamento por los partidos. En general, son las cúpulas las que eligen a los postulantes, siguiendo una estrategia que busca maximizar la votación y mantener la coalición.
Sin embargo, la designación por parte de las élites partidistas no representa un mecanismo que se base en una competencia política abierta, lo que desincentiva el ingreso de nuevos candidatos.
Hay países como Estados Unidos, Francia, Brasil, Venezuela, Paraguay y Uruguay, entre otros, que aplican primarias con el fin de avalar el sistema electoral. Así, en una instancia preelectoral, los partidos o coaliciones someten a la preferencia de la ciudadanía sus designaciones de candidatos presidenciales, parlamentarios o municipales.
Como antecedente nacional, la última propuesta dio origen a un Proyecto de Ley que establece primarias para aspirantes a alcalde, parlamentario y presidente, con fecha 15 de julio de 2009, y -asimismo- regula un sistema de financiamiento público para efectuarlas.
Es apropiado considerar que la utilización de un sistema de primarias debe ser de carácter voluntario, y acompañado de incentivos a los partidos y coaliciones con un marco institucional favorable, comprometiendo la intervención del Servicio Electoral y el Tribunal Calificador de Elecciones, a fin de dar transparencia en los procedimientos electorales y garantizar la fe pública.
En consecuencia, la decisión sobre los candidatos ya no estará exclusivamente en las manos de las cúpulas partidistas, con lo que aumenta la competencia de todo el sistema, evitando las dificultades propias de una negociación que afecta la actividad política.
Así, además, la decisión sobre los postulantes queda validada por la propia ciudadanía, existiendo una mayor legitimidad en la designación y -por esta vía- de la política en general, alcanzando niveles más altos de gobernabilidad.
