Desde su creación, se han recepcionado 79 reclamos por la cancelación de matrícula o expulsión. Los colegios deben contemplar en sus manuales de convivencia un proceso justo antes de aplicar esta medida de sanción y la posibilidad de apelar.
Un total de 28 denuncias por expulsión o cancelación de matrícula se han realizado en la Superintendencia de Educación Escolar de Los Lagos entre enero y agosto de este año, cifra que se espera aumente con la cercanía del término del calendario escolar, que es cuando se produce el mayor número de estos casos.
Entre las causas más frecuentes figuran problemas de disciplina, académicos, salud y por situación socioeconómica de los padres.
La cifra da cuenta de un aumento en relación al año 2013, cuando se recepcionaron 23 reclamos por este tema en la Superintendencia de Educación, casos que son de preocupación para el director regional del organismo, Víctor Reyes.
“Es importante hacer ver a los establecimientos educacionales que la Constitución garantiza el derecho a la educación, lo que implica no solo el acceso —a través de procesos de admisión justos, transparentes y no discriminatorios—, sino que también el derecho a permanecer y a progresar en el sistema educacional. Esto quiere decir que la expulsión y la no renovación de matrícula de un alumno/a debe ser siempre una medida extrema y de carácter excepcional”, puntualizó la autoridad regional.
Las medidas disciplinarias que se apliquen a los alumnos(as), particularmente expulsiones y no renovaciones de matrícula, deben corresponder siempre a infracciones que se encuentren expresamente contempladas en el manual de convivencia de cada establecimiento educacional, el que debe, de preferencia, ser construido con la participación de todos los estamentos de la comunidad educativa.
Cada manual de convivencia debe contemplar un proceso disciplinario previo, que garantice que los alumnos (as) hayan tenido la oportunidad de ser escuchados por la respectiva autoridad educacional, es decir, que respete el debido proceso de los alumnos y sus familias.
Los manuales de convivencia deben contemplar siempre, la posibilidad que las familias puedan apelar ante la aplicación de una medida expulsiva o de no renovación de matrícula.
“Es muy importante que los establecimientos educacionales mantengan un diálogo fluido con las familias de los alumnos, de manera de poder apoyar a los niños(as) y jóvenes en la superación de los problemas o dificultades que pudieran estarles afectando, para adaptarse particularmente a las normas de cada establecimiento educacional”, recalcó Reyes.
DENUNCIAS POR EXPULSIÓN O CANCELACIÓN DE MATRÍCULA REGIÓN DE LOS LAGOS