A partir de las 20 horas
Si algo tiene de maravilloso un matrimonio, sucumbe ante la ironía y el humor con que se relatan las tragedias cotidianas, el falso amor y el materialismo con las obras “La Mujer Sola y el Cepillo de Dientes” que inician este lunes “Puertomontaje: teatro verdaderamente a mil” en el Diego Rivera, entre el 13 y 19 de febrero, todos los días a las 20 horas.
Con la organización de la Agrupación de Actores y con el apoyo de la Corporación Cultural de Puerto Montt, el proyecto es el comienzo de la nueva temporada de teatro para los artistas.
Las obras vienen de la mano de la Compañía Teatral Los Despojados, que nació de un grupo de alumnos y docente de la carrera de Pedagogía en Artes, mención Teatro, de la Universidad de los Lagos de Puerto Montt.
En 2011 tuvo una buena acogida de público con el montaje de estas dos obras, que presentó en el marco de una de las Temporadas de Teatro organizada por la Agrupación de Actores de Puerto Montt en el Teatro Diego Rivera. Ambas obras son dirigidas por la actriz Ivonne Iroumé.
LA MUJER SOLA
La palabra delirio es insuficiente para graficar el soliloquio con que la actriz Marcela Vera lleva al espectador por su tragedia devenida en comedia: una mujer sometida, frustrada, golpeada por su marido y aislada del mundo. Que hace continuas referencias al orgasmo ausente en su vida y que no hace más que señalar la miseria existencial de esta esposa con vocación de esclava.
Si bien podría hacer llorar, el estilo, lenguaje, uso de recursos dramáticos de cuerpo y rostro de la intérprete –que a ratos y ante tan logrado reflejo del personaje, hace dudar sobre si estamos ante una actriz o ante alguien que no está en su sano juicio- permiten llevar la paranoia del personaje hacia situaciones que provocan empatía, logrando con ello la risa continua, a medida que la reflexión sobre el papel y valor de la mujer en la sociedad va consolidándose en la puesta en escena.
EL CEPILLO DE DIENTES
El mito de la felicidad matrimonial, de la promesa de eterna buena convivencia, se derrumba ante la superficialidad y materialismo del mundo, los diálogos sin sentido con propósitos de idiotizantes, basados en la influencia de la televisión y los medios de comunicación, exponen a la audiencia el mundo conyugal oculto: el hastío, vidas vacías y más que amor de pareja, acostumbramiento y sumatoria de tiempo.
La mujer (caracterizada por la actriz María Paz Ruiz) es un torbellino de locura que enfrenta al marido (el actor Cristopher Rodríguez) con una cotidianeidad avasallante del desamor y la búsqueda de una felicidad inexistente. El amor, separado por la muerte en manos del marido asesino, es un espejismo, entre necesidades, gustos y afanes artificiales.
Humor negro del mejor para iniciar la semana teatral.