Catástrofes naturales e impacto en la vida personal y familiar


Loretto Torres
Directora de Psicología USS


La fuerza de la naturaleza nuevamente ha puesto a prueba nuestros compatriotas respecto a su capacidad de resistir y enfrentar los cambios en su vida personal, familiar y en su comunidad ante la situación de emergencia que conlleva vivir la experiencia de la erupción de un Volcán. Algo inevitable y que implica desarrollar estrategias de auto cuidado para enfrentar el stress que conlleva el abandonar sus casas muy a pesar suyo, dejando abandonadas sus pertenencias y bienes. Además, de los miedos inherentes de estar en peligro. La erupción del Cordón Caulle, se asemeja al terremoto o a los mineros, en términos de cómo debemos sobrevivir a situaciones límites como éstas y además metafóricamente genera un terremoto de nuevas situaciones que modifican nuestra subjetividad y relación con el medio familiar y comunitario.

La psicología se refiere a la capacidad de enfrentar la adversidad como resiliencia. Una etapa prolongada fuera de casa, en albergues o en cualquier otra situación extrema, es muy compleja en relación a la salud mental. Existen muchas interrogantes al respecto, sin embargo creo conveniente plantear algunos aspectos que se deben cuidar en el manejo de esta situación de crisis. Por ejemplo, mantener la cohesión familiar y comunitaria, entregando responsabilidades individuales como tareas, rutinas y actividades que permitan disminuir el tiempo de ocio; asegurar el contacto permanente con sus familiares directos; y cuidar la intimidad de sus historias familiares y personales, evitando la sobreexposición mediática de sus vidas, que en estas situaciones tiende a ser muy fuerte.

El control de la situación está en manos de las autoridades, pero es importante que se tome conciencia de cómo debemos acompañar a los damnificados de manera adecuada y en torno a lo que sea conveniente para ellos y sus familias. Es importante respetar la intimidad de las personas, que ya se ve invadida por la presencia de los medios o de agentes externos que desean colaborar. Sin embargo, creo conveniente recordar que la relación de ayuda pasa por considerar al otro y escuchar con respeto lo que necesita. Debe mantenerse un vínculo con ellos, a través de profesionales de apoyo estables, evitar que deban acudir de un lugar a otro buscando solución a sus problemas, evitando la sobreexposición. Lo público y lo privado se tensiona cuando está de por medio la salud mental presente y futura de las personas que están viviendo esta experiencia dolorosa y la toma de decisiones en relación al respeto de la intimidad personal y familiar debiera estar presente en el manejo de esta situación.
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