Don José Manuel Almonacid, administrador del campo El Pino, nacido y habitante de todos sus años en Los Muermos, a una hora de Puerto Varas hacia el poniente, comenta entusiasmado al agrado de haber conocido y compartido con María José Pinto, Rafael Ruz, Rubén Schneider, Julián Fernández, Sebastián Baudrand y las gestoras Cristina Benavides y Montserrat Castaing, estas últimas conocidas de hace un año. También manifiesta su interés de haber sido parte de un evento inusitado que se desarrolló por una semana en en el campo que administra por más de 40 años.
Montserrat Castaing, explica “nace de conversaciones e intereses en común y en la idea de compartir la reflexión y revertir la soledad con que le artista habitualmente trabaja. El diálogo, la conversación, no solo con los colegas, sino también un diálogo con otros materiales, insumos, para investigar desde ese diálogo en la producción de obra.
Cristina ‘Titi’ Benavides, manifiesta la gratificación que significó el resultado de esta invitación. “La gente de mi pueblo, de Los Muermos, va a poder tener otra mirada de los que es su tierra, de lo que se puede sembrar y producir”.
Rubén Schneider, artista reconocido en la zona explica que esta permanencia por una semana en el campo junto a otros seis artistas de otras generaciones ha sido un ejercicio de renovación. “Sin desmedro de la diversidad y calidad de las obras que es -por decir lo menos- “potente”, el factor humano, la relación entre compañeros ha sido lo más enriquecedor. Conocerlos, ver como reflexionan y producen ha sido un aprendizaje.”
Sebastián Baudrand, habitante desde hace 2 años en Nueva Braunau, parte de estas ‘nuevas colonizaciones culturales’ en la zona. “La posibilidad de trabajar con materiales del campo, con insumos tan propios de este habitar, ha sido una sorpresa que se ha generado y que obviamente no es fácil acceder a ellos. Ha sido motivador, ha sido una oportunidad. Conocer a don Manuel y comprender procesos ha sido una profundización en el desarrollo de mi trabajo”.
Julián Fernández, productor audiovisualista manifiesta que ha sido provechoso “el transitar de una etapa reflexiva –los primeros días- para tornar a un trabajo especialmente concreto y constructivo, para desarrollar una narración audiovisual que relatara en trabajo de Sebastián, y que pudiera permitir llevar ese proceso a una socialización mayor, a un impacto mayor”.
Rafael Ruz, pintor de San Vicente de Tagua Tagua, invitado a participar en Element’aire, explica que “soy fundamentalmente academicista, verista en lo pictórico. En mi historia la búsqueda ha sido siempre una investigación formal de la representación de la realidad. Pero la instancia esta, de estar atrapado por esta naturaleza, podría decir que vuelvo a asumir que el paisaje es inabordable en su belleza y realidad. Que el ejercicio que trato de desarrollar termina siendo un rescate que pretende reflejar de manera difusa, de una manera que involucra un abstraer aspectos de la realidad, como la luz, la niebla, la respiración que nos ofrece este paisaje”.
María José Pinto, residente en Nueva Braunau en una casa taller en medio del bosque, pareja de Baudrand. “Me interesó la casa, una casa de campo, con muchos años de antigüedad. La estructura que evidencia me pareció una novedad. Mi formación de grabadora me llevo a recurrir a materiales austero y básicos como la tinta, el guaipe, el papel imprenta, y con ellos transcribir e integrar la arquitectura de la casa en el soporte que elijo.
Element’aire, encuentro que dudo poco que se inscribirá en el desarrollo del arte del sur, manifiesta como los artistas, convocados a un ejercicio de investigación, diálogo, con naturalidad se apropian de su entorno y lo transforman en obra. Podremos ver trabajos y registros en la Galería Bosque Nativo desde el día jueves 23 de junio, en la costanera de Puerto Chico, Puerto varas.
"IVAN CARDENAS G.
Profesor de Historia del Arte
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