Pamela Menay Lagos
Bibliotecóloga Jefe
Sede Puerto Montt
Universidad San Sebastián
Una de las frases que con frecuencia se utiliza para justificar que no se practique el hábito de la lectura es la falta de tiempo. Válido o no, resulta que hoy efectivamente no se lee tanto como se quisiera. Razones y estudios hay muchos, todos tratando de incrementar los bajos índices nacionales al respecto.
Más allá de estudios, cifras y estadísticas, hoy podríamos plantear la siguiente pregunta, ¿Se nos olvidó leer? La inquietud no se refiere al proceso técnico del aprendizaje de la lectura, en el cual todos, o la gran mayoría de los niños, se ven involucrados en el fantástico mundo de conocer el abecedario, para luego practicar uniendo dos o más letras las cuales toman forma y significado en la medida que el vocabulario lo permita.
La pregunta más bien se orienta como reflexión, sobre la importancia de practicar la lectura como una forma de crecer, conocer y avanzar. Leer por placer, leer para disfrutar de nueva información, leer para enseñar, leer por leer. Y es que al parecer hoy la lectura ya no es tan importante, o al menos no le damos el lugar que se merece, o será que la moda por la tecnología se hizo dueña del tiempo que debía dedicarse a la lectura.
Al respecto la Fundación La Fuente con el apoyo de Adimark GFK, realizó la encuesta “Chile y Los Libros 2010”. El estudio se realiza desde el año 2008 y dentro de los resultados de esta tercera medición se destaca que el 45.7% de los encuestados dijo que nunca lee un libro y 7,1% lo hace casi nunca, de tal manera que la población no lectora llega a 52,8%. Entre los que sí leen libros, 21,2% se define como lector ocasional (leen alguna vez en el año a alguna vez en el mes), y 26% dice que hace esta actividad de manera frecuente (una vez por semana o más).
Los resultados también permitieron un análisis con la información de años anteriores y señala: “Desde 2008 a 2010, los lectores frecuentes subieron de 22,7% a 26%; pero también crecieron los no lectores, que aumentaron de 49,2% a 52,8%.”
Lo anterior no es por falta de textos o variedad de los mismos, ya que al revisar la información disponible en la Cámara Chilena del Libro, a través del “Informe Estadístico, Agencia Chilena ISBN” del año 2010, es posible conocer las cifras sobre la producción literaria del año pasado. En extenso se entrega información de las creaciones literarias a las cuales se ha asignado el código ISBN, Número Internacional Normalizado para Libros, que identifica la edición de un libro, de una editorial concreta y de una edición determinada.
El informe señala que la producción literaria del 2010 fue de 5.107 títulos, (645 más que el año 2009). Siendo la Literatura la material más editada con 1.625 títulos, que corresponde al 31.82%. Se destaca también la producción en otros soportes con 441 publicaciones, en tal sentido son los e-books o libros electrónicos lo que lideran la producción con 288 registros.
No es necesario volver a señalar los beneficios de la lectura, sino recalcar que en la actualidad, la posibilidad de acceder a material bibliográfico es amplia y cada vez más cercana a todos los sectores de la población: Bibliotecas Púbicas, Bibliotecas Especializadas, Centros de Documentación y el mismo proyecto Bibliometro, trabajan para promover y acercar la literatura a los diferentes grupos etáreos.
“De los diversos instrumentos del hombre el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz, luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es la extensión de la memoria y la imaginación”. Jorge Luis Borges.