Aprenda a leer etiquetado de los alimentos


por Fabiola Fuentealba Arévalo
Nutricionista y académica de Nutrición y Dietética
Universidad San Sebastián

Nutricionista enseña a no dejarse engañar por la publicidad
  • Cuando adquiera un producto debe fijarse en mucho más que el precio y la marca, si quiere cuidar su nutrición.
Palabras como diet, light o low muchas veces sólo confunden. Lo importante es que la persona, en especial aquella que tiene factores de riesgo como obesidad, hipertensión o colesterol alto, lea con atención cada detalle del etiquetado nutricional.

Fabiola Fuentealba Arévalo, nutricionista y académica de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, dice que los consumidores están cada vez más conscientes de la importancia de la buena nutrición. Por eso recomienda revisar en detalle “aquellos componentes que pudiesen constituirse en factores de riesgo de alguna enfermedad como sodio, azúcar, calorías, grasas saturadas, colesterol, entre otros”.

La académica sugiere primero fijarse en el tamaño de la porción. En el caso de los cereales, por ejemplo, una porción corresponde a tres cuartos de taza. Asimismo, hay que preocuparse de la “cantidad de calorías, un alimento bajo en calorías es el que tiene menos de 40 por porción. Un alimento libre de calorías, es el que tiene menos de 5 por porción. El que sea reducido en calorías significa que tiene un 25% menos que otro producto tradicional”.

Evite obesidad

Considerando que el país registra altos índices de obesidad tanto en la población adulta como infantil, la grasa debe ser motivo de preocupación. “Un alimento bajo en grasas es aquel que tiene menos de 3 gramos por porción y uno sin grasas es el que tiene menos de 0,5 gramos por porción”, plantea la nutricionista.

En cuanto a la grasa saturada, un alimento con menos de 1 gramo en una porción es un alimento bajo en grasas saturadas, mientras que un alimento que tenga menos de 0,5 gramos por porción, es libre.

La académica plantea que en relación a la cantidad de azúcar, un alimento reducido es aquel que tiene 25% menos por porción en comparación al que sí tiene. Un alimento sin azúcar es el que tiene menos de 0,5 gramo por porción.

Los consumidores también deben fijarse en la cantidad de sodio. Fabiola Fuentealba dice que si aporta “menos de 35 mg por porción es muy bajo en sodio, mientras que si aporta menos de 5 mg por porción, es libre de sodio”.

La especialista enfatiza que el uso de palabras de fantasía como ligth, diet, cero, low o delgadísimo siempre debe ir acompañado de un descriptor nutricional que destaque las propiedades beneficiosas del producto. “Cualquier alimento que tenga en su etiqueta una palabra que haga suponer que posee características nutricionales especiales, deberá señalar claramente cuál es esa característica”. Aspecto fundamental para no dejarse engañar y evitar consumir un alimento con exceso de grasa, sodio o azúcar.

Prefiera los productos libres de grasas trans

Otro de los ganchos que usa la industria alimentaria para captar clientes es la leyenda “libre de grasas trans”. ¿En qué consiste? La académica USS Fabiola Fuentealba plantea que las grasas trans son el resultado de un proceso industrial en que el aceite vegetal líquido es convertido en una grasa insaturada que se mantiene sólida a temperatura ambiente. El aceite parcialmente hidrogenado, o grasas trans, está presente en alimentos procesados como margarinas, galletas, papas fritas, snacks, helados y chocolates.

“Es muy importante para los consumidores preferir alimentos libres de grasas trans, ya que está comprobado que el consumo de este tipo de grasas es más nocivos para la salud que las grasas saturadas, ya que aumentan el colesterol LDL y disminuyen el colesterol HDL”, asevera la nutricionista.
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