Orgullos lucieron su bandera verde los niños, niñas y educadoras del Jardín infantil Frutillita de la comuna de Frutillar, la que los coronaba como establecimiento con Certificación Ambiental de Excelencia.
Yazmín Medina, directora del establecimiento, recordó que comenzaron el proceso de certificación en el año 2011 y desde entonces han realizado diversas acciones que han comprometido tanto al personal del jardín como a los párvulos y las familias “desde que decidimos optar a la certificación ambiental hemos realizado diversas actividades en aula y con las familias. Los niños y niñas han aprendido a reciclar, a confeccionar distintos elementos con material de desecho, han experimentado lo que se siente sembrar y ver como esa plantita va creciendo y dando frutos; también se han ido conectando con la tierra y con la cultura de nuestros pueblos originarios, pues entendemos esta responsabilidad con el medio ambiente como un indivisible que involucra a todo nuestro entorno”.
Cabe recordar que a principios del año 2003 se dio inicio en nuestro país al Sistema Nacional de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales, impulsado a nivel nacional por el Ministerio de Educación, Ministerio del Medio Ambiente, en aquel entonces, CONAMA, la Corporación Nacional Forestal y la UNESCO. Actualmente el Comité regional de certificación Ambiental es integrado también por la Junta Nacional de Jardines Infantiles.
El seremi de Medio Ambiente, Jorge Pasminio, explicó que la Certificación ambiental de establecimientos educacionales es un sistema que busca destacar, reconocer y difundir las buenas prácticas ambientales de aquellos establecimientos que tienen vasta trayectoria en esta tarea. “Es así como se postula a un proceso que se inicia con un diagnóstico ambiental participativo, seguidos de las acciones que permiten estimular el trabajo en equipo, la transversalidad y el compromiso de toda la comunidad educativa en un objetivo común”.
Por su parte, el director regional de JUNJI, Sergio Uribe, indicó la importancia de incorporar la educación ambiental desde los primeros años de vida, ya que es en esta etapa de desarrollo donde formamos nuestros hábitos, especialmente aquellos vinculados a prácticas de vida saludable y cuidado del medio ambiente. Además es un período donde la familia se encuentra más presente en el proceso educativo de sus hijos e hijas.
“En nuestros jardines existe una gran sensibilidad respecto del tema medio ambiental, el cual se trabaja transversalmente en cada unidad educativa. Esta sensibilidad ha llevado a nuestras comunidades educativas a optar voluntariamente a la certificación ambiental, la cual busca incorporar esta temática en el quehacer educativo en todos los ámbitos, de esta forma los establecimientos que participan desarrollan iniciativas que permiten a educadores, párvulos y familias no solo aprender sobre la importancia del medio ambiente, sino también tener la oportunidad de poner en práctica acciones concretas que permitan mejorar el desarrollo de buenas prácticas ambientales”, señaló la primera autoridad regional de infancia.