Aunque el terremoto y tsunami también provocaron efectos negativos en la industria mitilicultora, la Asociación de Mitilicultores de Chile, AMICHILE, comprometió la entrega de ayuda en alimento que próximamente será enviado a las regiones afectadas por la catástrofe.
Así lo expresó el gerente general del gremio, Cristián Maino, quién explicó que “como AMICHILE ofrecemos colaborar enviando toneladas de ‘chorito congelado’ y la cantidad será definida mediante el aporte voluntario de nuestros socios. Por el momento acordamos cuotas por empresas que esperamos para completar un camión de alimentos. Nos encargaremos de su despacho directo a la zona siniestrada, dada la complejidad de la logística requerida para que el producto congelado pueda ser recibido y distribuido adecuadamente”.
DESABASTECIMIENTO DE COMBUSTIBLE
El desabastecimiento de combustible es la principal dificultad que enfrenta la actividad, esta semana detuvieron sus faenas el 90% de las empresas procesadoras, mientras que el otro 10% lo hará la próxima semana, de no resolverse los problemas de suministros de bencina, Diesel, FUEL 5 y FUEL 6, para los industriales.
La situación ya fue informada al Seremi Regional de Economía, Marco Cid. “Tener garantizado el suministro mínimo de combustibles para el sector debiera ser una prioridad regional, pensando en proteger los más de 10.000 empleos generados por la actividad, en una zona duramente golpeada por la crisis de la industria salmonera”, argumentó Maino.
PÉRDIDAS PARA LA INDUSTRIA
Respecto a las pérdidas materiales que la industria ha debido asumir, se informó de daños en diversos centros de cultivos provocados por cambios en las mareas que en la zona de Chiloé se manifestaron en importantes variaciones en altura, acompañadas de corrientes que causaron hundimiento y cortes de líneas. “La magnitud del impacto varió de un centro a otro, aunque desgraciadamente, algunos se perdieron por completo”, lamentó Maino.
En términos generales, los daños a la industria se centraron específicamente en los centros de cultivos y no se informó de daños en infraestructura en las plantas. Sin embargo, se están apreciando cuantiosas pérdidas en lo referido al producto almacenado en cámaras de Talcahuano, y que por el corte continuado de energía eléctrica, ya se considera como perdido. A ello se suma el gran número de contenedores que estaban en proceso de exportación en los puertos de Talcahuano y San Antonio, y que luego de lo ocurrido, no han sido encontrados.
Otro problema que podría transformarse en un cuello de botella tras solucionar el desabastecimiento de combustibles, surge en la disponibilidad de los servicios portuarios para embarcar contenedores con producto terminado, ya que actuablemente hay varios esperando en las plantas de proceso a que se regularice la situación en los puertos.
