- La intencionalidad humana es su principal factor detonante. Sus consecuencias van desde inconvenientes en el tráfico de nuestras calles, el impacto en nuestras vías respiratorias y actividades cotidianas, hasta la producción de gases de efecto invernadero, destrucción de materia orgánica y alteración en el funcionamiento de ecosistemas.
Por: Juan Carlos Barría Ricke
PAR EXPLORA Los Lagos
Han estado presentes durante los últimos meses, alterando nuestra rutina diaria. Nos hemos visto afectados por ellos, especialmente en la Región de Los Lagos. Se trata de los incendios forestales. ¿Pero cómo se producen? La respuesta a esta interrogante tiene directa relación con el ser humano, ya que somos nosotros quienes ocasionamos la mayoría de los incendios forestales (99%). Esto se debe principalmente a descuidos o negligencias en la manipulación de fuentes de calor; por malas prácticas agrícolas; por una escasa cultura ambiental; o sencillamente, por simple intencionalidad.
Un incendio forestal, según definición de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), “es un fuego que, cualquiera sea su origen y con peligro o daño a las personas, la propiedad o el ambiente, se propaga sin control en terrenos rurales, a través de vegetación leñosa, arbustiva o herbácea, viva o muerta. Es decir, es el fuego que quema árboles, matorrales y pastos. Es un fuego injustificado y descontrolado en el cual los combustibles son vegetales y que, en su propagación, puede destruir todo lo que encuentre a su paso”.
En Chile se conjugan ciertas condiciones ambientales como la carencia de lluvias, la mayor temperatura del aire y los flujos de viento, favoreciendo la ignición de la vegetación combustible a causa de una fuente de calor aportada por el hombre. Según datos del Sistema de Información Digital para el Control de Operaciones – SIDCO de CONAF-, durante el período 2014-2015 se han producido 370 incendios en la Región de Los Lagos, lo que se ha traducido un incremento del 70% respecto al año anterior. Estos eventos han afectado 4.387 hectáreas en nuestra Región y más de 91.326 a nivel nacional.
Causas, efectos y prevención
Para conocer mayores antecedentes, abordar temáticas preventivas y analizar los efectos, además de posibles soluciones, conversamos con el Doctor Luis Balboa Figueroa, Director del Magister en Manejo y Gestión Ambiental de la Universidad Santo Tomás de Puerto Montt.
Según su experiencia ¿Cómo se pueden prevenir los incendios forestales?
“En general, las causas de los incendios son debido a actividades humanas. Descontrol en la quema de maleza, descuido con fogatas, arrojar elementos encendidos en los caminos, entre otras. La intencionalidad, lamentablemente, no se puede descartar. Pero, sin duda, campañas de educación con expertos en prevención debiera ser una constante en nuestras ciudades. Asimismo, es muy importante mantener controlada la maleza en lugares que colinden con alto tráfico de personas y/o habitados. El manejo de la maleza cerca de áreas boscosas es fundamental”.
¿Estamos preparados para enfrentar una situación como la vivida las últimas semanas en nuestra Región, como los diversos focos de incendios que rodean sitios urbanos?
“Una alta diversidad de focos disminuye las capacidades de respuesta, pero eso tiene que ver con los recursos disponibles. Existen muchas personas que han hecho un gran esfuerzo, pero también es cierto que en un escenario con veranos más secos y mayor probabilidad de propagación de incendios, se requieren estrategias que permitan prevenir y no solo combatir los incendios”.
¿Cuál es el impacto en nuestro medio ambiente? ¿A qué se debe?
“Lo más evidente es el deterioro de la calidad del aire. Pero los incendios afectan la flora nativa y su fauna asociada. Muchas aves y pequeños mamíferos se alimentan de semillas y frutos que desaparecen con los incendios. Un bosque o un árbol no sólo es alimento, sino que un refugio. El entorno de nuestras ciudades está invadido por espino, espinillo o chacay, una especie que lleva casi 200 años de introducción y que, a los ojos de muchos, es la principal causa del impacto de los incendios. De ser así, tenemos que realizar acciones que permitan controlar su propagación, algo que será un beneficio para nuestro medio ambiente y todos nosotros”.
¿Cuál es su reflexión respecto a las causas y soluciones que se han implementado en relación a esta alerta ambiental que estamos viviendo?
“Primero, creo que es una lección para todos. No se puede esperar que llegue otro verano sin definir planes de prevención. Manejar la maleza cerca de caminos y de nuestras ciudades. Campañas de educación, ya sea en el uso de nuestro entorno, como en el cuidado de los recursos hídricos. Muchas veces la ignorancia genera daños que nos afectan a todos. El combate quizás requiera mejores implementos, entiendo que existen aviones que pueden liberar una gran cantidad de agua y aditivos que pueden detener los incendios de una manera más eficiente. Hay que mirar soluciones utilizadas en otros lugares. Es dramático pensar que nos vemos afectados hasta dentro de nuestras casas, limitados en el uso de los espacios públicos y actividades en días críticos”.
¿Nos podría comentar respecto a los efectos de los incendios que no percibimos?
“En la Región de Los Lagos y, específicamente en las cercanías de Puerto Montt, hemos sido testigos de las variadas consecuencias de los incendios forestales. Hemos sido afectados en el tráfico de nuestras calles, en el impacto sobre nuestras vías respiratorias y actividades cotidianas. Además, se ha generado una alta producción de gases de efecto invernadero, destrucción del estrato de materia orgánica de los suelos, destrucción de formaciones vegetacionales, mortalidad de insectos y microorganismos, todos componentes fundamentales e imprescindibles en el funcionamiento de los ecosistemas. Es decir, consecuencias que van más allá del área del incendio o de las personas directamente afectadas, sino sobre un conjunto de variables que no vemos, pero que son más relevantes de lo que quisiéramos”.