Hemos votado en contra del proyecto de ley de pesca, ya que no asegura el dominio de todos los chilenos y chilenas respecto de las riquezas pesqueras. Este es un artículo que hemos presentado para asegurar que las generaciones futuras, que los hijos y nietos de quienes estamos hoy en nuestro país, puedan efectivamente sentir las riquezas del mar como propias. Lamentablemente todas las reuniones anteriores entre nuestros equipos de abogados y los del gobierno, que ensayaron diferentes redacciones para resolver este problema, no llegaron a buen puerto, utilizando una metáfora del mar.
Tampoco aludió a este problema el ministro en su larguísima intervención; de la misma manera las concesiones a perpetuidad están sin resolver, y si la ley se aprueba como está en la discusión en particular, los grandes intereses económicos que están tras la pesca industrial, se apoderarán a perpetuidad de las riquezas del mar.
En relación a este tema, le pedimos al señor ministro de Economía un pronunciamiento que también eludió en su intervención, o sea respecto de dos temas fundamentales, el ministro a pesar que hizo uso del doble de tiempo que le correspondía, no dijo una sola palabra y en consecuencia, no podemos votar a favor un proyecto de ley que no asegura lo elemental, cual es la propiedad de chilenos y chilenas sin excepción, de las riquezas pesqueras y en consecuencia, el hecho que las concesiones que se entreguen tienen que tener un plazo y no pueden ser a perpetuidad.
Otras ideas que presenté tanto en el Senado como en el propio gobierno al ministro de Economía anterior, como por ejemplo financiar un seguro de vida para la pesca artesanal, que esté en condiciones de poder financiar a las familias dignamente cuando se produce una tragedia en el mar, tampoco respondió el gobierno una palabra, y respecto de un fondo de becas para la pesca artesanal tampoco.
Al igual que la propuesta de que se aportaran de los recursos fiscales un aporte a las cotizaciones previsionales de los pescadores artesanales para asegurar a futuro condiciones de jubilación con un mínimo de dignidad, lo que tampoco tuvo respuesta.
Como se ve, hemos en los hechos estado arando en el mar; el gobierno no ha sido capaz de recoger ninguna idea que hemos propuesto para mejorar las condiciones de los pescadores artesanales, que aseguren su sustentabilidad económica futura y para garantizar una jubilación digna y para que la ley establezca con nitidez que estas enormes riquezas pertenecen al país, y no sean entregadas para siempre a un puñado de familias poseedoras del control de la pesca industrial.
Por ese motivo, algunos parlamentarios votamos en contra de este proyecto de ley.
Yo entiendo que hay dirigentes que llegaron a compromisos con la pesca industrial, lo comprendo, no los condeno; sin embargo soy categórico en señalar que la ley como está, no hace sino acentuar la desigualdad y a través de la pesca extractiva de recursos, hacer a los ricos más ricos y los pobres más pobres. Por esa razón moral, por un compromiso de país, porque no se puede seguir marcando el paso en la misma lógica que Chile quiere cambiar, vale decir, si la nación chilena quiere avanzar hacia un país más justo, no podemos seguir votando proyectos de ley que hacen que lamentablemente se continúe en una dirección de injusticia, de concentración de la riqueza y de empobrecimiento de la mayoría.
Es por eso que mi voto fue contra este mal proyecto del gobierno, conocido como la Ley Longueira.