Contaminación ambiental y COVID-19


Juan Cristóbal Guerrero San Martín
Director Carrera de Kinesiología
Universidad San Sebastián Sede De la Patagonia.


Según la Encuesta Nacional de Contaminación del Ministerio de Medio Ambiente, el 38,3% de la población considera que la polución del aire es el problema más importante asociado a la contaminación ambiental en Chile, cifra que es similar a la que se muestra en la macro zona sur. Adicionalmente, un estudio publicado por la Universidad de Harvard demostró que la población que está permanentemente expuesta a material particulado 2.5, tendría un 15% más de probabilidad de tener complicaciones respiratorias graves asociadas al COVID19, por lo que seguramente un porcentaje mayor de la población va a considerar la contaminación ambiental como un problema serio.

Como dato complementario, resulta importante adveritr que los episodios de contaminación ambiental más altos se presentan al final de la noche y entre las 18 y 24 horas, cuando las temperaturas son más bajas. Por lo mismo, debemos considerar que se acerca la temporada de virus respiratorios invernales, aquellos que ya tienen un comportamiento que esta vinculado a la contaminación del aire. Respecto del COVID19 se podría decir que debería comportarse de la misma forma, por lo que el llamado es a seguir tomando las precauciones necesarias para evitar su contagio.

El 80% de la contaminación medioambiental corresponde al uso de las estufas a leña, en todas sus versiones. Pero, sería poco criterioso solicitar a la población que no se calefaccione o que use otros métodos de calefacción que son de mayor costo, como el pellet o los asociados al uso de kerosen; estos últimos, además, generan contaminación intradomiciliaria, cuestión que también es factor de riesgo para enfermedades respiratorias.

¿Qué hacer?, ¿Podemos seguir utilizando nuestras estufas a leña? En el corto plazo, quizás sí; a largo plazo, podríamos pensar en subsidios del estado para consumo de energía eléctrica, paneles fotovoltaicos o gas, aunque los planes de descontaminación ambiental apuntan hacia un recambio progresivo de los calefactores.

Por el momento, el uso de leña de buena calidad (considerando buena calidad como un porcentaje de humedad menor al 20%), podría mejorar el proceso de consumo de la leña, mejorando también el nivel calórico y disminuyendo el material particulado 2,5, el más pequeño y el que más afecta la salud pudiendo aumentar las enfermedades respiratorias y cardiorrespiratorias en niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con patologías crónicas, entre otras, aumentando hasta en un 15% la mortalidad asociada al COVID19.

El llamado es a informarnos de la situación de la calidad del aire por las vías que dispone el Ministerio de Medioambiente para conocer cuál es la situación del aire de nuestra ciudad y evitar, incluso más que ahora, no salir de nuestros hogares, considerando que se han realizado estudios que demostrarían que el SARS-CoV2 podría permanecer por más de 2 horas en el aire en aquellos lugares donde los niveles de contaminación (del aire) son más altos.

Debemos además ser responsables en la calidad y el uso de la leña como medio de calefacción y en especial en estos momentos de dificultad que vivimos como país, sin dejar de mencionar que debemos #quedarnosencasa.
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