Por Isabel Briceño y Eduardo Ocampo
Voceros del Colectivo Tod@s a la Moneda Puerto Montt
Chile ha vivido una de las semanas políticas más intensas de los últimos años. El robo de cuello y corbata queda, una vez más, al descubierto dejando en claro que Chile es efectivamente un nicho de negocios y que la Justicia está completamente subordinada a ellos.
Así, la escandalosa colusión de las farmacias, que ha generado el rechazo de la mayoría de la sociedad, esa que debe lidiar con la enfermedad y con el alto precio de los medicamentos, concluye con una vergonzosa multa y la obligación de los responsables de tomar algunas clases de “ética empresarial”, ante lo cual una parte de los parlamentarios de estas coaliciones despotrican “indignados”. Bien sabemos que, salvo excepciones, los “honorables” han sido cómplices de este tipo de maniobras los últimos 30 años con el fin de legitimar la concentración económica y el abuso empresarial, en desmedro de nosotros y nosotras.
Por otra parte, Julio Pereira, ex director del SII, tuvo que renunciar a su cargo tras la publicación del informe de la Contraloría General de la República, donde se hizo manifiesta la estrecha relación entre el poder político y los intereses de los grupos económicos lo que propició la millonaria condonación tributaria, desde de la Dirección de Grandes Contribuyentes de esta repartición pública, a la empresa Johnson’s.
Esta semana, además, audaces maniobras se libran en la arena política institucional. Parte de los principales partidos concertacionistas, como son el Partido Socialista y la Democracia Cristiana, junto a sus aparentes adversarios de Renovación Nacional, hacen público al país su acuerdo para “reformar el sistema electoral binominal”.
Según declaraciones de sus artífices, como son el diputado Patricio Walker (DC) "Si no cambiamos el binominal, el apoyo ciudadano a la asamblea constituyente es inevitable", en tanto el diputado Francisco Chahúan (RN) manifestó al respecto “con esto bloqueamos la puerta y apagamos las voces populistas que quieren una asamblea constituyente” y “volvemos a canalizar la política desde la calle al Congreso Nacional", en concordancia con lo señalado en distintas oportunidades por el presidente de su partido, Carlos Larraín. A confesión de partes, relevo de pruebas, dice el refrán.
Michelle Bachelet, siguiendo la misma línea, le ha dado un portazo a la Asamblea Constituyente. Días después, presentó a su comando nacional, en el que destaca la presencia de economistas neoliberales, como René Cortázar, hombre cercano a Luksic y Alberto Arenas, Jefe Programático del comando, además de conocidos lobbystas del megaproyecto energético de HidroAysén. Como si fuera poco, el senador Camilo Escalona, ilustre defensor de la Constitución Política legada por la dictadura, fue ratificado como candidato a Senador en la región del Bío-Bío .
Chile está cambiando
Hay un Chile que está naciendo y no deja de dar muestras que su parto será pronto. Tanto el 26 de junio como el 11 de julio, cientos de miles de personas se movilizaron por un Chile nuevo donde se hicieron escuchar las principales demandas de la ciudadanía como la educación gratuita, fin a las AFP, la renacionalización del cobre y los recursos naturales estratégicos, y una Asamblea Constituyente, entre otras demandas. La esperanza recorre a nuestro país de punta a cabo, la cual no cabe en los programas ni en las voluntades de los que ya se han repartido el país por 40 años.
Hoy estamos alerta ante situaciones escandalosas que representan la norma más que la excepción. La voluntad transformadora ha superado ampliamente el ánimo de administrar lo existente. Los cambios “en la medida de lo posible” ceden su lugar ante un programa de transformaciones estructurales. El consenso que impusieron está trizado, y se encuentran debilitados. Estamos ante una oportunidad extraordinaria.
En íntima sintonía con este Chile, una candidatura presidencial hace eco en cada rincón del país. Es así que en Puerto Montt,
Maullín y Chiloé cientos de personas se reunieron para recuperar la política como herramienta de transformación de la sociedad y de la vida misma. No es la idolatría ni el fanatismo a un candidato lo que nos empuja, es la convicción de tomar la historia en nuestras propias manos. Que el malestar tiene horizonte, y ese es un proyecto político.
Sabemos que somos capaces de convencer y convocar a todas aquellas personas conscientes de que los cambios que necesitamos son urgentes y posibles, y que cada uno/a tiene el desafío de contribuir en ello. Que, tomando lo mejor de la experiencia del movimiento por la educación, del arrojo de los estudiantes y la juventud, explicaremos pacientemente sobre esta necesidad imperante a nuestras familias, amigos y amigas. Porque si la esperanza se ha tomado el país, que ésta también se tome la Moneda. En noviembre daremos la sorpresa, nuevamente. Cuenten con ello.
A esto nos referimos con la candidatura presidencial de Marcel Claude y Tod@s a la Moneda.
¡Desde Puerto Montt y Todos los rincones de Chile, nuestro destino es la Moneda!
¡Fuerte y Claro: Marcel Claude Presidente!