por Héctor Rute Uribe
Académico Carrera de Kinesiología
Universidad San Sebastián, Sede De la Patagonia.
La experiencia de vivir un duelo es algo muy común en todas las personas y uno de nuestros deseos más frecuentes ante esta difícil situación es que las personas fallecidas hayan vivido de la manera más digna posible y que su deceso haya sido sin una extensa o dolorosa agonía. Y es que la muerte es un tema complejo de abordar desde las ciencias de la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuidados paliativos son aquellos “destinados a mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades avanzadas e incurables y a sus familiares, controlando los problemas asociados, previniendo y aliviando el sufrimiento a través de un oportuno y adecuado tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales”.
En nuestro país, actualmente la cobertura para atenciones de salud destinadas a aliviar el dolor y el sufrimiento (cuidados paliativos), está garantizada bajo el sistema GES, exclusivamente para usuarios oncológicos, quedando excluidas todo tipo de enfermedades que, incluso, pueden llegar a ser más dolorosas.
En Chile, el envejecimiento ha aumentado de forma progresiva con los años, al igual que la presencia de enfermedades que generan dependencia, entre ellas las “demencias”. Estas enfermedades en sus fases finales generan trastornos motores que se ven acompañados de mucho dolor. En la actualidad, doscientas mil personas en el país viven con demencia; si consideramos que con cada una de ellas vive una familia compuesta por cuatro integrantes en promedio, hoy son casi un millón de personas que están relacionadas con esta condición.
Por lo anterior, es que hoy surge la necesidad de proporcionar cuidados paliativos no oncológicos de calidad. Éstos deben ser aplicados en todos los niveles sociosanitarios donde son atendidos habitualmente estos pacientes. En cuanto a las decisiones en el tratamiento y planificación de cuidados, debe ser un proceso dinámico e individualizado, ya que en los pacientes mayores no oncológicos es más difícil establecer un pronóstico que en los oncológicos y cada uno presenta características distintas.
¿Cómo y quiénes son los encargados de otorgar cuidados paliativos no oncológicos? Esta es una tarea que no solo corresponde a médicos. Los profesionales de la rehabilitación como kinesiólogos, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales son indispensables en este trabajo, ya que son quienes intervienen directamente en la autonomía y funcionalidad, en sus áreas pertinentes, impactando de gran manera en la calidad de vida y dignidad de los pacientes paliativos.
Otros aspectos para tener en consideración en pacientes en esta condición son el bienestar emocional y la espiritualidad, ya que la atención debe estar centrada en la persona y no en la enfermedad o condición terminal. Por lo mismo, esto es un tema que nos involucra a todos como sociedad y tenemos el deber de hacer consciencia y visualizar las necesidades del paciente terminal.