- El reconocido psicólogo y presidente de Fundación América Solidaria Internacional inauguró el año académico de la carrera de Psicología de la Universidad San Sebastián.
Bajo el título “Vínculo entre Psicología y Espiritualidad desde el Mundo de Servicio a los Demás: Principios Éticos”, profundizó en la importancia de la colaboración humana, de la solidaridad y los desafíos de la formación académica contemporánea.
En la oportunidad, Baranda compartió experiencias y enfatizó en lo significativo que resulta para una sociedad el que las personas tengan vocación de servicio, pues ese espíritu es el que modifica realidades. Muy por el contrario, de no tener esa visión de relacionarse con otros, de compartir conocimientos y ayudarse mutuamente, difícilmente se podrá progresar, explicó.
“Si tú no te adiestras en el vínculo cotidiano con personas que viven en pobreza, que son migrantes, etc., es muy difícil que después, en tu ejercicio profesional, tengas la convicción de que esa persona tiene la misma dignidad tuya; y eso es un aprendizaje, porque la cultura no te da eso. La cultura lo que te enseña es que tú eres diferente al otro, te genera vacíos porque tienes más estudio, porque tienes más dinero, porque tienes otro apellido, porque vives en otro lugar”, advirtió a la comunidad estudiantil presente en la ocasión.
Vinculación con el Medio
En esta misma línea, valoró el trabajo de las universidades de vincularse con el entorno, acercando a los estudiantes a realidades diferentes y contribuyendo a la sociedad a través del servicio. Sin embargo, aún falta camino. Uno de los mayores desafíos en la formación académica es poder articular adecuadamente los conocimientos con la ética. “La ética es la que te permite generar el umbral de respeto hacia las personas con las cuales tú estás trabajando, independiente de los contextos en los cuales te movilices y eso ha sido difícil articularlo adecuadamente desde la formación en Chile y en muchos países de América Latina”, comentó.
Considerando este escenario, añadió que la clave está en que al descubrir o fomentar individualmente esa vocación de servicio, también se deben desarrollar principios éticos que permitan construir una mejor sociedad. “cuando tu comienzas a desarrollar determinados principios éticos y comienzas a ejercitarlos, esos principios éticos te van quedando como hábitos y no son cosas excepcionales, sino son una práctica cotidiana. (Por ejemplo), tu sabes que tienes que realizar un trato digno hacia las personas, y ese trato digno implica que tu reconozcas que la otra persona es igual a ti y que además, en tu práctica, tienes que ser un excelente profesional, independiente del lugar donde te encuentres, de lo que te compensan económicamente. Esas prácticas éticas son las que van permitiendo que, el ejercicio profesional, modifique la realidad y permita mejores sociedades”, destacó.
La trayectoria de Benito Baranda ha estado marcada por su profunda vocación de servicio a la sociedad y al combate de la pobreza. Desde el Hogar de Cristo, donde ejerció como director nacional por veinte años, ofreció ayuda a personas en riesgo social, colaborando como psicólogo en hogares de niños y centros comunitarios.
Actualmente, se desempeña como presidente de Fundación América Solidaria Internacional, con la misma motivación y construyendo redes de cooperación para mejorar la calidad de vida de las personas más pobres del continente.
Con toda esa experiencia personal y profesional, Benito Baranda ofreció una clase magistral con la que inauguró el año académico de la carrera de Psicología de la Universidad San Sebastián en Puerto Montt.
Para Niksa Cottenie, directora de la carrera de Psicología en la sede De la Patagonia de la Universidad, la clase magistral de Baranda reafirma las bases curriculares de la facultad. “Uno de nuestros principios rectores precisamente se sustenta en el respeto hacia el estudiante y su modo de aprender, formándolos como ciudadanos comprometidos y responsables, conscientes de que sus decisiones influirán en la vida de otras personas e instituciones”, concluyó.