- El estudio elaborado por las investigadoras del CIAPEC-INTA Paola Arévalo, Natalia Rebolledo y Marcela Reyes reveló que el 76% de los niños y niñas de 3 años consume edulcorantes no nutritivos a diario, principalmente a través de bebidas y lácteos. La investigación advierte que esta práctica no disminuye el consumo de azúcar y plantea riesgos para la salud infantil.
Non-Nutritive Sweeteners Intake and Its Association With Sugars Intake Among Chilean Toddlers
Un estudio realizado por investigadoras del Centro de Investigación en Ambientes Alimentarios y Prevención de Enfermedades Crónicas Asociadas a la Nutrición (CIAPEC) reveló el alto consumo de edulcorantes en la población infantil de Chile, debido al uso masivo de edulcorantes en alimentos procesados dirigidos a niñas y niños. Esta investigación es relevante, dado que, como indican las investigadoras, el consumo y las fuentes dietéticas de endulzantes no nutritivos (ENN) en niños pequeños, así como su asociación con la ingesta total de azúcares, han sido escasamente explorados.
“Non-Nutritive Sweeteners Intake and Its Association With Sugars Intake Among Chilean Toddlers” (Ingesta de edulcorantes no nutritivos (ENN) y su asociación con el consumo de azúcares entre niñez chilena) se titula el artículo elaborado por Paola Arévalo, Natalia Rebolledo y Marcela Reyes, quienes aseguran que este reemplazo de azúcar por endulzantes no está logrando reducir efectivamente el consumo de azúcar, evidenciando nuevos desafíos respecto a las estrategias de salud pública y que se debe, principalmente, a la implementación de la Ley de Etiquetado y Publicidad de los Alimentos.
La académica e investigadora del CIAPEC-INTA, Marcela Reyes, asegura que los dos principales hallazgos de este estudio son “la alta prevalencia de ingesta de algún edulcorante no calórico por parte de esta población de niños de solo 3 años de edad, en que más de 3/4 partes de ellas y ellos habían consumido al menos un endulzante el día anterior”.
“El otro hallazgo relevante es que las y los participantes que consumían los principales ENN identificados (sucralosa, estevia, acesulfame y aspartame) no tenían una dieta con menor contenido de azúcares; es decir, el consumo de edulcorantes no mejoraba la calidad de la dieta en el sentido de que esta fuera de menor contenido de azúcares, como se hubiese esperado. No hubo beneficio en relación a eso y, por lo tanto, probablemente no hubo ningún efecto positivo”.
En esta misma línea, la también académica e investigadora del CIAPEC-INTA, Natalia Rebolledo, agrega que “interesantemente, no se encontró una asociación entre el consumo de edulcorantes y menor consumo de azúcar. Esto significa que los niños no están consumiendo edulcorantes en reemplazo del azúcar, sino que de forma adicional”.
El principal problema de estos resultados, detalla Rebolledo, es que “el consumo de cualquier edulcorante no se recomienda en niños, ya que puede hacer que se acostumbren a consumir productos dulces. Adicionalmente, los edulcorantes tienen un nivel de ingesta seguro (ingesta diaria admisible) que se calcula con base en el peso corporal. Los niños, al tener menor peso, están en mayor riesgo de sobrepasar estos niveles”.
Estrategias para disminuir el consumo de azúcar y edulcorantes en niños
Marcela Reyes asegura que “una menor exposición a dulzor de cualquier fuente, ya sea azúcares tradicionales, endulzantes no nutritivos o los nuevos azúcares y polioles” es la mejor herramienta para evitar, a la larga, su elección porque “pareciera ser que la mayor exposición a dulzor se asocia a mayor preferencia posterior de éste, por lo que hay que evitarlo, principalmente en las etapas tempranas del desarrollo, como embarazo y primeros años de vida”.
“Una buena estrategia es preferir los alimentos naturales, que, por más dulces que sean, en general no superan el dulzor de los alimentos de mayor grado de procesamiento. Además, al consumirlos no es solo dulzor lo que se consume, sino también otros componentes saludables de los alimentos en su estado natural. La autoridad sanitaria está avanzando en la implementación de un mensaje en la cara frontal de los alimentos envasados que tengan edulcorante, para que esta situación sea conocida por los consumidores de forma fácil, sin mirar el listado de ingredientes. De esta manera, la población podrá orientar su decisión de compra y consumo, prefiriendo alimentos y bebestibles que no tengan sello de 'alto en azúcares' ni este mensaje de edulcorantes”, indica Reyes.
Natalia Rebolledo añade que para evitar la ingesta de productos con azúcar o endulzantes, lo mejor es “evitar la introducción de productos endulzados, ya sea con azúcar y edulcorantes. En nuestro estudio, las principales fuentes de edulcorantes son los bebestibles (bebidas, néctares, jugos en polvo, aguas saborizadas) y lácteos. Sería preferible favorecer el consumo de agua y lácteos no saborizados”.
Las principales cifras que arrojó el estudio
- El 76% de niños y niñas preescolares consumió al menos un edulcorante no nutritivo al día.
- Sucralosa fue el edulcorante más común (63%), seguido por acesulfamo-K (35%), aspartamo (32%) y esteviol (26%).
- Las bebidas fueron la principal fuente de estos aditivos, seguidas por lácteos endulzados y productos de repostería.
- No se encontró asociación entre el consumo de ENN y una menor ingesta de azúcares, ni siquiera después de controlar por factores sociodemográficos y nutricionales.
Las investigadoras analizaron la ingesta diaria de edulcorantes no nutritivos (ENN) y azúcares en una muestra de 450 niñas y niños de 3 años, pertenecientes al Estudio Chileno de Nutrición Infantil (ChiNuT por sus siglas en inglés), una de las cohortes de CIAPEC. A partir de la Encuesta Recordatorio 24 Horas o R-24 y del cruce con etiquetas nutricionales de productos envasados, evaluaron el tipo y cantidad de edulcorantes consumidos, sus principales fuentes alimentarias y si su consumo se relacionaba con una menor ingesta de azúcares.