Cuando emprender no es un juego
Poco importa que allá afuera el frío y la lluvia calen los huesos. Acá adentro, en el gimnasio de una de las principales escuelas de castro, Chiloé, todo es alegría. Grandes y chicos hacen fila por decenas para disfrutar una y otra vez de entretenidos juegos infantiles, actividades recreativas y golosinas. El lugar está repleto, y entre tanta muchedumbre, entre el ruido y la risa de cientos de pequeños, encontramos en una esquina a una mujer que mira con satisfacción el éxito de su idea, un proyecto que no sólo agrega entretención a las grises tardes invernales chilotas, sino que además ha ido convirtiéndose poco a poco en un buen negocio.
UN ESPACIO ENTRETENIDO
Paula Rodríguez, castreña, madre de familia y vecina del histórico barrio Blanco, decidió un día dar un sentido permanente a distintas actividades informales, para convertirse con entusiasmo y energía en una flamante microempresaria. Ganadora del Capital Semilla Emprendimiento de SERCOTEC, recibió este año un millón y medio de pesos para dar forma a su negocio de juegos y eventos infantiles, un servicio que si bien existe desde hace años en otras latitudes, es para el territorio insular toda una novedad, que además se justifica plenamente como alternativa ante la ausencia de actividades masivas de recreación para los más pequeños. No es de extrañar entonces que cada evento infantil a cargo de Pequeaventura, la empresa creada por Paula, sea esperada con ansiedad por la familia castreña, que encuentra el espacio ideal para disfrutar de una tarde agradable, con plena seguridad y a cubierto del frío y las precipitaciones.
ALEGRIA EN TIERRAS CHILOTAS
“Hemos hecho algunas actuaciones en colegios, para la JUNAEB y también para distintas organizaciones de beneficencia. Somos organizadores de eventos para empresas, cumpleaños, y a su vez subarrendamos para otras entidades que quieran trabajar con los juegos. Entonces en algunos casos también arrendamos a particulares y además hacemos trabajos en conjunto con otros organizadores”, cuenta Paula para referirse al camino recorrido desde que recibieron los recursos de SERCOTEC. El premio correspondiente al Capital Semilla les permitió, de esta forma, adquirir el equipamiento y generar algunos productos destinados a la promoción de la flamante empresa. Sin embargo, queda aún mucho camino por recorrer para Pequeaventura, una empresa que comienza a dar sus primeros pasos en tierras chilotas, pero que ya sueña con ponerse pantalones largos en el negocio del entretenimiento. Ese espíritu emprendedor es el que Paula refuerza al señalar: “esperamos expandirnos, y a mediano plazo contar con nuevos recursos para comprar un vehículo y así llegar a otras ciudades del Archipiélago, lo que es nuestra apuesta a futuro”. Contando con el entusiasmo y empuje de esta mujer chilota, y con la visión empresarial de la que ha hecho gala con este nuevo negocio, probablemente muy pronto los niños y niñas de otras ciudades e islas cercanas podrán disfrutar de la alegría y entretención que entrega Pequeaventura.