- Esta colaboración busca impulsar soluciones tecnológicas que permitan valorizar subproductos del sector acuícola y evaluar su uso en la producción hortícola, especialmente en invernaderos.
El acuerdo firmado por el Director Regional de INIA Remehue, Manuel Muñoz, y el gerente general de Mar-Mau Ltda., Marcelo Calderón, establece un trabajo conjunto que se extenderá desde noviembre de 2025 hasta noviembre de 2027 e incluye actividades de investigación aplicada, caracterización del material y evaluación de su desempeño agronómico.
Entre los objetivos del convenio se encuentran la caracterización química de los residuos de biofouling utilizados por Mar-Mau como base para el nuevo sustrato, la implementación y monitoreo de ensayos piloto en invernadero para evaluar su desempeño en cultivos hortícolas, la cuantificación del rendimiento comercial y el comportamiento agronómico de los cultivos establecidos en los tratamientos experimentales, y la definición de dosis, modos de aplicación y recomendaciones técnicas para su uso por parte de los productores agrícolas de la Región de Los Lagos.
Para el director regional de INIA, Manuel Muñoz, “la valorización de residuos de biofouling tiene el potencial de reducir los pasivos ambientales del sector acuícola, generar nuevos insumos para la horticultura regional, promover modelos productivos más circulares y proporcionar evidencia científica que respalde el desarrollo e implementación de sustratos alternativos a los comercialmente disponibles. Además, representa un avance significativo en la búsqueda de soluciones sostenibles para la agricultura protegida en el sur de Chile”.
Añadió que “el desarrollo de un sustrato a partir de residuos de incrustación marina ofrecerá a los agricultores y agricultoras una alternativa local y sustentable a los sustratos tradicionales, con potencial de reducir costos de adquisición y transporte”.
Mariela Casas, investigadora de INIA y responsable del convenio, enfatizó además que “los ensayos piloto realizados por INIA permitirán validar su desempeño agronómico y productivo en cultivos hortícolas, entregando información técnica que respalde su uso. Esta iniciativa, además, contribuye a la economía circular regional, valorizando residuos del sector mitilicultor y promoviendo una agricultura sustentable”.



