El animal se recupera en el Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre (CEREFAS) de la Universidad San Sebastián, luego de ser trasladado por personal del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) en Carelmapu, tras alerta de vecinos.
Hace poco más de una semana dos ejemplares de gato güiña fueron rescatados en la comuna de Carelmapu con graves heridas producidas por la acción del hombre.
En efecto, ambos animales presentaban evidencias de haber sido atacados violentamente con objetos contundentes. Uno de ellos, presentaba una perforación en su cuerpo producto de un objeto cortopunzante (posiblemente un arma blanca). Tan profunda fue la herida que, pese a los esfuerzos, el felino falleció antes de llegar al Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad San Sebastián. Sin embargo, el otro ejemplar logró sobrevivir con mucha dificultad.
“Debido a la severidad de la lesión y a las secuelas que este tipo de traumas pueden ocasionar, se podría impedir la reinserción a su ambiente natural. Sin embargo, poco a poco está respondiendo al tratamiento. Esperamos que tenga una nueva oportunidad”, indicó la Dra. Carola Valencia, médico veterinario del CEREFAS.
De acuerdo a la misma profesional, al momento de su llegada el gato guiña que sobrevivió, llegó con un trauma creaneando producto de un fuerte golpe.
Guiña- Humano: conflicto entre especies
Varios estudios afirman que este tipo de acontecimientos son el resultado del conflicto entre especies silvestres y las comunidades humanas, por la competencia de los espacios y recursos alimenticios entre ambos. “La mayor parte de las valoraciones negativas del conflicto güiña-humanos están asociadas a la posibilidad de depredación de aves, además de tener sustento en creencias populares, mitologías y simbolismos. Por eso, generalmente son atacadas. Sin embargo, su función biológica los hace ser un controlador de plagas, como el ratón colilargo, pero no todos lo asocian a ello”, explicó Valencia.
Así como existe este conflicto, el felino nativo más pequeño del país se ve amenazado principalmente por la destrucción y fragmentación de su hábitat, por la pérdida de bosques y matorrales. “La sobrevivencia a largo plazo de las poblaciones de güiña depende de las actitudes que las comunidades locales tengan hacia ellas, la aplicación de estrategias anti-depredación efectivas para evitar ataques a aves, la implementación de actividades de educación ambiental con niños de escuelas para un cambio de visión de las nuevas generaciones, y al trabajo multidisciplinario coordinado para la resolución del conflicto”, concluyó el Dr. Guillermo Santibáñez, director de la carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad.
Actualmente, el ejemplar macho de guiña, espera recuperarse y lograr una nueva oportunidad para reinsertarse en su ecosistema natural o ser derivado a un centro de exhibición o reproducción. Esta vez, lejos del peligro humano.