- La educación parvularia surge como un espacio de aprendizajes y bienestar para las niñas y niños; además de un importante apoyo para las mujeres trabajadoras.
- Un 61,3% de las familias que forman parte de Fundación Integra las madres trabajan y en un 58,7% de éstas, las mujeres son las jefas de hogar.
Su mamá, Nicole Hernández, cuenta que Mariano comenzó a ir a la sala cuna cuando tenía un año y que hoy ya está en medio mayor, en un proceso que no estuvo exento de temores por parte de ella, pero que ha resultado muy positivo. “Al principio fue difícil y sé que no solo para mí porque lo he conversado con otras mamás, me costaba dejarlo tras haber estado todos los días con él antes que entrara al jardín, pero con el tiempo me di cuenta que las tías contienen súper bien a los niños, entonces me quedo con la tranquilidad que va a estar todo bien”.
Nicole agrega que el jardín “ha sido súper bueno para él, ha aprendido a socializar, cuando llegó más pequeño era más retraído y prefería jugar solo, pero ahora comparte más, me habla de sus compañeros, me cuenta con quien juega y que aprendió. Las tías también tienen mucha vocación y buen trato; lo quieren, lo cuidan y están muy atentas a sus necesidades”, recalca.
En el jardín La Colina, Mariano junto a otros niños y niñas comparten aprendizajes significativos y de calidad, tal como lo explica su directora Belén Andrade: “la educación inicial es primordial para el desarrollo de los niños y niñas, aquí conocen y exploran un espacio distinto al hogar, descubriendo nuevas posibilidades de juego e interacción con sus pares y personas adultas, todos los días los invitamos a construir sus aprendizajes. También reciben todas sus comidas y leches lo que es indispensable para que puedan crecer y desarrollarse integralmente”.
El director regional de Fundación Integra, Francisco Valdés, profundiza en la relevancia de la educación parvularia: “El ingreso a la sala cuna o jardín infantil es uno de los hitos más importantes que niñas y niños viven en sus primeros años de vida. Es importante que asistan de manera constante y regular, porque a través del compartir y el juego pueden aprender aspectos tan importantes como la socialización, comunicarse, ser ciudadanos protagonistas y sujetos de derechos, énfasis que tenemos definidos en nuestra Política de Calidad Educativa. Hemos puesto todos nuestros esfuerzos en garantizar que estén en espacios amorosos, estimulantes, seguros y de bienestar, con equipos educativos capacitados para acompañarlos en esta etapa que es insustituible en sus aprendizajes”, recalcó.
Apoyo para las familias
Más de 6 mil niños y niñas asisten a los 110 jardines infantiles, salas cuna y modalidades no convencionales de Integra en la región, que constituyen una importante red de apoyo para la diversidad de familias. Un importante número de éstas son lideradas por mujeres tal como lo demuestran las cifras del Reporte Integra 2022, que señala que en el 58,7% de las familias las mujeres son las jefas del hogar y en un 61,3% de éstas las madres trabajan.
“Sabemos que hoy en día los padres y madres tienen que trabajar, con una vida laboral extensa y la red más cercana que tienen es el jardín. La alianza con las familias es el paso fundamental que como equipo educativo tenemos que dar, conseguir esta confianza para que las familias traigan a los niños y niñas, que están desde las 8.30 hasta las 19.30 horas. Aquí se desenvuelven, descansan, están cómodos y muy cuidados por nosotros, se sienten acogidos en un clima cariñoso que brinda el jardín y las familias van a trabajar tranquilas, sabiendo que en la tarde vienen a buscar a sus hijas e hijos y que van a estar felices”, cuenta la directora de La Colina.
El director regional concuerda y enfatiza que “como institución asumimos nuestro rol de agentes de cambio social, a través del cual buscamos aportar en la construcción de una sociedad inclusiva, justa y democrática, garantizando la igualdad de oportunidades en el acceso, aprendizaje y participación de todas las niñas y niños. Y en este sentido trabajamos en nuestros establecimientos para contribuir en la disminución de las brechas y barreras socioculturales de género, reflexionando sobre roles y generando conciencia en cuanto a la corresponsabilidad en la crianza”.
“Integra me ha dado el apoyo para poder seguir desarrollándome profesionalmente, porque una se queda con los niños y después cuando quiere volver a trabajar existe este vacío laboral, que para una no es un vacío porque criar es un trabajo y un trabajo súper duro. Entonces ha sido un apoyo súper grande, porque no hay nada mejor que ir a trabajar y saber que tu hijo está en un lugar seguro, donde se está desarrollando, le están enseñando y que está con personas que lo quieren y lo cuidan”, concluye Nicole.