Juventudes y Participación, una causa encontrada


El próximo 26 y 27 de octubre se eligen las autoridades, nuevas o de continuidad, que nos representarán en la toma de decisiones a nivel regional y municipal. Hoy, cuando el acto de sufragar es obligatorio, y cuando el fortalecimiento de la democracia depende, en gran medida, de las personas jóvenes y su involucramiento, revisemos algunos datos para evitar caer en conclusiones catastróficas o conjeturas idealistas.

En nuestra región, la participación juvenil nos devela cifras desafiantes. Según los datos de la 10ma Encuesta Nacional de Juventudes 2022 del INJUV, somos la región con la menor proporción de jóvenes que declararon haber participado en las elecciones de convencionales del 2021, la segunda región con menor porcentaje de participación en organizaciones funcionales o territoriales y apenas un 4% de las juventudes ha participado en espacios generados por alguna institución del Estado. Frente a esto y para comprender el fenómeno en mayor medida, es más importante que nos hagamos preguntas antes de precipitarnos con respuestas cerradas.

Desde una mirada adulto centrista, las juventudes no se involucran, no se organizan. Las salidas a limpiar el borde de una playa en Puerto Montt o Puerto Varas, la participación como voluntarios en situaciones de catástrofe o en el CIP - CRC, la construcción de casas a perros comunitarios en Purranque, el uso abarrotado del skate park en la costanera de Puerto Montt en los días de sol, la creación de muros de escaladas en Hornopirén para posicionar la comuna como polo de turismo de montaña o la creación de los Centro de Estudiantes en la provincia de Palena para demandar y trabajar en la reparación de los baños, ¿no son acaso manifestaciones del sentido de colaboración, de arraigo, de valores democráticos y de construcción de tejido social?.

Nuevas formas de participación en la esfera pública, que incluyen el uso ineludible de plataformas digitales, nos desafían a repensar las formas de organización y nos empujan a construir en conjunto nuevos mecanismos para cautivar y encauzar esas motivaciones. Probablemente, las grandes causas e ideales de largo aliento parecen no ser grandes movilizadores para organizar a las personas jóvenes, su mirada apunta a mejorar las condiciones de sus espacios más íntimos y cercanos: su familia, curso, liceo, barrio o comuna antes que al Chile disperso y contradictorio del que son y somos parte.

Las nuevas autoridades, deben comprender que los intereses y formas de participar han cambiado y es necesario adaptarse a esos cambios, si nos resistimos, solo aumentaremos su desconfianza y lejanía con las instituciones del Estado. Es necesario avanzar hacia la integración de la perspectiva de juventudes en cada política pública que construyamos, escuchando para comprender y comprendiendo para accionar. Como Instituto Nacional de la Juventud, así lo hemos hecho durante este año, promoviendo la salud y el bienestar con nuestro programa Hablemos de Todo, financiando iniciativas diseñadas y ejecutadas por jóvenes a través de los fondos Compromiso Joven y creando la primera Mesa Regional de Juventudes. Abrir espacios, nunca suficientes, por cierto, y observar cómo cobran vida rápidamente, nos hace estar convencidos que es el camino a seguir recorriendo.

La invitación a las juventudes es que se hagan parte de este proceso, que se informen sobre la mejor opción, la que mejor representa sus causas y motivaciones, la de sus amigos, compañeros, de sus liceos y sus barrios. Considerando la enorme cantidad de candidatos y candidatas a los cargos que se eligen, y si no están completamente convencidos o no lograron conocer en detalle las propuestas de cada uno y una de ellas, ustedes mejor que nadie saben, que nunca es tarde para pedir al chat GPT que resuma lo más importante.
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