María Bernardita Celis Contardo, trasplantada de páncreas y riñón.
Psicóloga, Facultad de Psicología y Humanidades de la Universidad San Sebastián
El 27 de septiembre se celebra el día del donante de órganos y tejidos. Es una ocasión en la que recordamos y agradecemos un gesto de amor y generosidad hacia aquellos que al morir decidieron salvar la vida de otras personas, es la fecha en que tengo más presente a quien hace 15 años salvó mi vida y otras más.
Conmemoramos también, en este día, a todas aquellas familias que respetaron la decisión de su ser querido de regalar vida a personas desconocidas al momento de partir, un acto totalmente desinteresado y sin esperar nada a cambio, un acto de amor y solidaridad.
Un donante nos puede permitir continuar con la vida que Dios nos dio, para seguir amando a nuestros seres queridos, volver a soñar y sentir que nos acompaña el tiempo para continuar con nuestro proyecto y sentido de vida.
¿Cómo no recordarte a ti, mi donante? Gracias a ti y tu familia, sigo respirando, riendo, soñando y compartiendo con mi familia y amigos. Somos muchos los trasplantados que continuamos caminando gracias a ustedes: Donantes. A pesar de que ya no están con vida, siguen presente en nuestras oraciones y agradecimientos.
En esta fecha es importante recordar también, a todas las personas que han donado órganos y médula ósea estando vivos y sin verse afectada su salud, dando la posibilidad de que un familiar o alguien desconocido tenga esperanza vida.
Quiero aprovechar de mencionar una cita de San Juan Pablo II en Evangelium Vitae sobre este tema: “En este contexto, rico en humanidad y amor, es donde surgen también los gestos heroicos. Estos son la celebración más solemne del Evangelio de la vida, porque lo proclaman con la entrega total de sí mismos; son la elocuente manifestación del grado más elevado del amor, que es dar la vida por la persona amada (cf. Jn 15, 13); son la participación en el misterio de la Cruz, en la que Jesús revela cuánto vale para Él la vida de cada hombre y cómo ésta se realiza plenamente en la entrega sincera de sí mismo. Más allá de casos clamorosos, está el heroísmo cotidiano, hecho de pequeños o grandes gestos de solidaridad que alimentan una auténtica cultura de la vida. Entre ellos merece especial reconocimiento la donación de órganos, realizada según criterios éticamente aceptables, para ofrecer una posibilidad de curación e incluso de vida, a enfermos tal vez sin esperanzas”.
Este 27 de septiembre reconozcamos los gestos heroicos de todos los donantes que nos acompañan desde el cielo y no nos olvidemos que actualmente, hay más de 2300 personas en listas de espera para ser trasplantadas, por eso es importante que nos informemos sobre la donación de órganos y tejidos y conversemos este tema en familia.
Para más información puedes visitar la página: yodonovida.minsal.cl