- El teletrabajo ya se ha vuelto una realidad en la que muchas personas día a día deben compatibilizar sus responsabilidades laborales, sin dejar de lado los deberes del hogar y por supuesto, la familia.
Al principio parecía muy atractivo quedarse en casa y trabajar desde el computador. Tener todo el día disponible y levantarse un poco más tarde. Sin embargo, la situación se ha extendido, ya pasó la novedad y debemos acostumbrarnos a “funcionar” de manera diferente para lograr organizar nuestro tiempo para no desperdiciarlo.
Las ventajas de organizar y gestionar bien el tiempo son reconfortantes para el diario vivir. Según detalla la psicóloga y docente de la Universidad San Sebastián, Carmen Birke, entre los beneficios está una mayor conformidad consigo mismo, un mejor aprendizaje de las acciones, sensación de éxito, evita la repetición innecesaria de trabajos y además conlleva a crear una conciencia de que el tiempo alcanza para todo, pero ¿cómo se hace?
“Lo primero es reflexionar respecto a en qué ocupamos nuestro tiempo. Hacer un listado con actividades del día, incluso podemos hacerlo con nuestros hijos, familia, cada uno con su listado. Es importante conversar con nuestras familias que en tiempos de confinamiento es más importante aun organizarse para poder avanzar unidos”, explicó.
Es importante detallar los tiempos que se estima dedicarle a cada tarea. Horarios de clases, de almuerzo, tiempos de descanso y de compartir con la familia, amigos. “Para lograr que esta organización funcione se debe priorizar y focalizar en qué o cuáles son las más importantes. Clasificar y organizar la jornada de acuerdo con el horario. Limitar el tiempo en cada actividad y tomarse los descansos necesarios cuando la acción sea muy larga (recreos o break)”. Además, algo que funciona muy bien según explica es realizar las acciones “desagradables” primero, puesto que contribuye a una sensación de alivio tras salir de esa labor.
Para terminar, también explica la importancia que tiene el entorno de trabajo, porque es un factor que contribuye a desarrollar los deberes. “El ambiente físico debe estar ordenado y ojalá ser del agrado de la persona. Un espacio limpio, ordenado, donde tengamos a mano todo lo necesario para hacer nuestras tareas y así evitar desplazarnos o levantarnos una y otra vez a buscar algo lo que perjudicará el tiempo que le dedicamos a nuestro objetivo, nos permitirá mejorar el proceso de adaptación a esta realidad”.