Que las vacunas están hechas de restos de fetos, que modifican el material genético o que se aprobaron con rapidez porque se saltaron fases de testeo, son algunos ejemplos de un sinnúmero de mitos y contenidos falsos que circulan actualmente en redes sociales y otras plataformas online sobre la vacuna para combatir el nuevo Coronavirus.
Ante el riesgo que generan las noticias falsas y en general la desinformación y la contaminación informativa en procesos sociales y políticos de enorme relevancia para el país, el Consejo para la Transparencia (CPLT) abordó con un grupo de expertos de diversos ámbitos, los peligros que este tipo de contenidos pueden generar en materia sanitaria en tiempos de pandemia en general y en el proceso de vacunación en Chile en particular.
La presidenta de la entidad, Gloria de la Fuente, recalcó la urgencia de la entrega de información en lenguaje claro y de forma oportuna a la ciudadanía en momentos relevantes para las personas, con el fin de que éstas puedan ejercer control social de la autoridad, exigir rendición de cuentas o combatir la corrupción, entre otros fines. En materia de Covid- 19 declaró que es necesario “reconocer a las personas el derecho fundamental que tienen de acceder a la información pública”.
“Si se trata de Covid-19 y de la vacunación –la política pública en materia sanitaria más relevante que tendremos en el mundo en 2021-, es necesario ir en contra de toda información que comulga en contra de una toma de decisiones adecuada de los ciudadanos”, dijo De la Fuente. “Toda la información que circule, ojalá sea de fuentes que nos permitan acceder a datos objetivos, reales, que permitan tomar mejores decisiones y no a la desinformación o noticias falsas, que tienen en general, a proliferar mucho más que otro tipo de noticias”, explicó.
La titular del CPLT destacó acciones impulsadas por la entidad para conocer los fundamentos de las decisiones de las autoridades y recalcó la responsabilidad de éstas de no sólo dar cumplimiento a obligaciones en materia de transparencia, sino también ir más allá de lo establecido por la Ley, apuntando a la transparencia proactiva. Esto, explicó: “permite que las autoridades pongan a disposición de la ciudadanía información objetiva, clara, en lenguaje claro, de manera de que conozcamos los fundamentos de las decisiones y colaborar con el combate contra la desinformación”.
Estrategia nacional contra la desinformación
La representante del Consejo para la Transparencia comentó que con estas preocupaciones, la entidad generó una alianza con distintos expertos del mundo académico, organizaciones de la sociedad civil, representantes de medios de comunicación, entre otros actores sociales, y ha iniciado una incipiente conversación con representantes de la industria tecnológica, para generar una mesa de la desinformación. Esta instancia busca “generar una estrategia nacional que de alguna manera nos permita combatir este fenómeno, donde se involucren distintos actores”, finalizó.
Apelar a la emocionalidad
Fabián Padilla, uno de los expositores en el encuentro, periodista de fastcheck.cl, refirió a la importancia de combatir la desinformación desde diversos frentes y coincidió con otros de los participantes en que el miedo y otras emociones son factores que inciden significativamente en la circulación de contenidos falsos, también sobre la pandemia y la vacuna en particular. Sobre ello apuntó: “hasta ahora, en mi opinión, no hay voces lo suficientemente tranquilizadoras para darle paz y calma a la gente sobre este proceso”.
Enrique Núñez, profesor Facultad de Comunicaciones UC y editor general del medio de verificación Factchecking.cl, apuntó a la necesidad de entender dos elementos como estratégicos para afrontar el fenómeno: a qué circuitos y en qué espacios se comparte desinformación sobre las vacunas. En esta línea destacó el rol que desempeñan en este proceso los “influencers” , es decir, las personas más influyentes que pueden expandir el mensaje.
“A quiénes están escuchando los chilenos”, es una pregunta clave para desarrollar la estrategia, planteó Núñez. Sobre ello agregó: hay que pensar quiénes dentro de los distintos segmentos se va a escuchar en una sociedad más horizontal. "Don Francisco ya no es el líder de opinión", quizás lo sea hoy “una persona de mi grupo de whatsapp”, sostuvo.
La abogada, doctora en derecho y especialista en diseño institucional, regulación y tecnología, Danielle Zaror, abordó la temática desde la regulación del comportamiento, que se sustenta en la idea de que no siempre los individuos toman la mejor decisión respecto de cuestiones que favorecen su propio bienestar.
En relación a las campañas de vacunación, detalló hallazgos de investigaciones internacionales que establecieron que mediante estrategias focalizadas –como recordatorios, capacitaciones, fomento en el personal sanitario- son más exitosas. Asimismo, destacó la relevancia de conocer las conductas o reacciones de la población, desde sus propios sensibilidades y realidades territoriales, para generar una adecuada estrategia de comunicación en torno a la vacuna.
Dar espacio a antivacunas es "irresponsable"
En representación del Colegio Médico, Francisca Crispi, recalcó el dañino efecto que genera la desinformación sobre las vacunas –que salvan anualmente a tres millones de personas-, y apuntó a que este fenómeno puede generar un impacto aún peor cuando exista mayor disponibilidad de dosis, por lo que se requiere una comunicación de riesgo clara y efectiva desde ahora.
También refirió a la confianza que deben ostentar quienes entregan el mensaje sobre las vacunas, por lo que cuestionó que el rol de impulsor de la estrategia se concentre en la autoridad sanitaria y destacó el papel que deben desempeñar los medios de comunicación no sólo para transmitir contenidos sino para no dar espacio a mensajes que no son validados por la comunidad científica. “Dar una portada a un médico antivacunas, es un acto irresponsable”, sentenció.