El Llanquihue Martes 15 de febrero de 2005
El origen del topónimo Angelmó
Según los historiadores César Sánchez y Renato Cárdenas, se debería a la deformación del nombre del médico Angel Montt. Según otros, del huilliche "ankúlenmo", lugar donde se secan los mariscos.
Por Sergio Millar Soto
Angelmó
En El Llanquihue del domingo 13 y lunes 14, los investigadores César Sánchez y Renato Cárdenas, en sendas notas, insisten en que el topónimo Angelmó derivaría del nombre de un médico Angel Montt, dueño de los terrenos aledaños, quien lo habría donado a los aborígenes y que éstos, como no podían pronunciar bien el nombre de su benefactor, comenzaron a llamar el lugar como "las tierras de Angel Mo".
Cárdenas agrega que el médico habría llegado en 1867.
Sin embargo, las fuentes históricas indican que el poblamiento del sector Angelmó se inició en 1858 (nueve años antes de arribar el médico de marras) cuando Eduardo Prochelle instaló un aserradero después de arquirir sus terrenos a Damián Gutiérrez y Silverio Hernández. A Prochelle le siguieron Matías Albers (1860) y Enrique Martin (1862); y después llegaron Tomás Lundt, Luis Dartnell, Eugen Schultz, Federico Oelckers, Roberto Francke, Jorge Grebe, Vicente Gómez, Briede, Juan Santiago Ebensperguer, Heinrich Osterhold, Jorge Bischofshausen, Antonio Oyarzo, Enrique Battesch, Guillermo Norton.
Todas estas personas son mencionadas, incluso con la fechas, por el eminente historiador José Harter S.J., en su libro "Anotaciones y Apuntes Históricos sobre la Colonia de Llanquihue", y en ninguna parte menciona al tal Angel Montt. Tampoco figura en los planos ejecutados en esa época.
Tampoco lo hacen lo Pérez Rosales en sus "Recuerdos del Pasado",el comandante Buenaventura Martínez en su "Memoria al Ministro de Marina"; ni los colonos Carlos Dittrich, señora Bittner viuda de Schmidt, señora Siebald de Michael, Wilibaldo Klenner en sus respectivas "Memorias", ni el periodista Belisario Goycolea en sus "Recuerdos"; ni el eminente historiador Emilio Held, ni los historiadores Eduardo Tampe y Juan Carlos Velásquez, todos los cuales sí están acordes en que a la llegada de los colonos (1852) encontraron aquí sólo un galpón para asilarlos y las precaerias viviendas de Juan y Francisco Millalonco, Francisco Maldonado, Juan Mansilla, "Chompa" Villarroel, José Velásquez, Santiago Barquero y María Montuyel.
Todos son personas históricos concretas, y nadie menciona a Angel Montt que, en modo alguno pudo haber pasado desapercibido dada la importancia que habría tenido como para darle su nombre a un gran sector de la ciudad y, con mayor razón aún tratándose de un médico, pues, recuérdese que entonces, los médicos eran los profesionales más importantes de cada pueblo.
Y eso es tan efectivo que, en esas mismas fuentes históricas sí se menciona a los médicos Kaskel, Luis Sugg, Armando Ortiz, Schürmann, Schneider, Fonck, Autin, Martin, Burdach. Pero nunca a un doctor Angel Montt.
Renato Cárdenas en su artículo "Toponimia indígena de Llanquihue, señala que el grafema "mo" es equivalente a "donde" (hay tal cosa) Así es. Recordemos Antamó, Cahuelmó, Llanchimó, Marilmó, Cochamó, Huelmo, Chaicamó, sólo por nombrar algunos. Entonces ¿porqué Angelmó, en la lista de Renato Cárdenas, es la excepción?
El investigador Charles O'Compley, en su libro sobre la Provincia de Llanquihue, dice que Angelmó viene del huilliche Antü-K.ülen-mó, castellanizado "ankúlenmó" o "ankenmó". En huilliche Antü (an) es el sol: existe un marisco que todos conocemos: el kulén o culengue, por lo que más exacto es decir que angelmó significa "lugar donde se secan los culengues" y extensivamente "lugar donde se secan los mariscos".