lunes, abril 13, 2020
«El agua y su uso eficiente para riego es fundamental en nuestra zona»
Homero Barría, extensionista de INIA Remehue
Especialista del INIA indica que esta institución está luchando contra factores que limitan la implementación de esta tecnología. A su juicio, el cambio climático, la baja disponibilidad de agua y los altos costos de la energía imponen un gran desafío para alcanzar un mayor desarrollo productivo en el sector agropecuario del sur.
Homero Barría, investigador y extensionista de INIA Remehue en el área de riego, conoce bien los enormes retos que tiene el sector agroalimentario de la zona sur para implementar con éxito esta tecnología y lograr mejores resultados productivos y económicos, bajo un esquema de sustentabilidad.
A pesar de la alta pluviometría de la zona sur, la disminución de las precipitaciones en el verano y la primavera, así como el aumento comprobado en los rendimientos en variados rubros agropecuarios han llevado a muchos productores a incorporar el riego en sus explotaciones, tanto en frutales y hortalizas, como en cultivos de papa, cereales y en la ganadería.
¿Cómo se ha visto este cambio en las regiones de Los Ríos y Los Lagos?
Es un cambio variable, dependiendo del rubro del que estemos hablando, los productores de frutas no invierten sino está considerado el abastecimiento de agua para el riego; los productores de papa comprendieron hace muchos años que su cultivo debe ser regado; los productores hortícolas y en especial aquellos que producen en invernaderos riegan durante gran parte del año, mientras que en el rubro ganadero, y específicamente en la producción de leche, es posible observar un mayor impacto y cambio, pues a partir de la sequía de los años 2015 y 2016, se generó un creciente interés de estos productores por incorporar riego para la producción de forraje, lo que ha conducido a un fomento en la infraestructura y mejora en la gestión del riego.
¿Qué problemas persisten para una mayor masificación de esta tecnología?
A mi juicio, en nuestra zona son fundamentalmente 3 factores que inciden negativamente para una mayor masificación de la tecnología. El primero es que no tenemos cultura de riego. El segundo es la escasa información del costo-beneficio de la tecnología de riego y el tercero es la falta de recurso humano especializado en riego.
La escasa cultura de riego se debe principalmente a que los rubros tradicionales por muchos años se pudieron desarrollar gracias a una buena distribución de precipitaciones a lo largo del año y los altos rendimientos que se obtenían, sin embargo, en los últimos años la precipitación está disminuyendo y su distribución a lo largo del año también está cambiando, nuestros veranos son más secos que antaño y también los márgenes de las explotaciones agrícolas se han ido estrechando y se requiere alcanzar mayores rendimientos para obtener rentabilidades positivas.
Por otra parte, la cultura de riego implica conocer características de las plantas, como el tipo de raíz, su profundidad, los desarrollos vegetativos o características del suelo, como su textura, que determinan el manejo del riego.
En cuanto al acceso a la información, aún hay pocos estudios localizados en nuestra zona, que bajo las especificaciones de rubros, suelos, clima y tipos de equipamiento de riego, hayan definido factores que inciden en el costo-beneficio de implementar la tecnología de riego, generando todavía algunas dudas por parte de los productores para tomar la decisión de invertir en esta tecnología.
Por último, el recurso humano en los diferentes ámbitos que implica la implementación de sistemas de riego es escaso, por ejemplo, hay pocos especialistas en diseños de riego, personal encargado de operar los sistemas de riego, con escasa o nula capacitación y también hay pocos profesionales o empresas que presten servicios de mantención y gestión de los sistemas de riego.
A pesar de eso, ¿qué avances se han logrado?
Diversas instituciones públicas y actores del sector privado están realizando esfuerzos para difundir y capacitar a productores y asesores técnicos en torno a esta tecnología y hay un escenario favorable para fomentar el riego en la zona. El gran trabajo que se debe destacar son las acciones de capacitación que se realizan constantemente mediante charlas, seminarios y cursos, lo que está generando que los diferentes actores del sector agropecuario dispongan de más y mejor información para tomar decisiones.
¿Qué experiencias exitosas ha impulsado el INIA?
INIA Remehue hace algunos años formó a profesionales en temas de riego y drenaje en la zona. Además, las publicaciones que INIA ha desarrollado en el ámbito de riego, principalmente en la zona centro-norte, son la base para el trabajo que actualmente estamos impulsando en INIA Remehue, pero adaptando esa información a nuestra realidad agroecológica y considerando además la experiencia de los productores y asesores. En ese contexto INIA Remehue ha enfocado su trabajo en el uso eficiente del agua para riego, desarrollando acciones de extensión y de investigación que explican su importancia y las herramientas tecnológicas permiten este uso eficiente del agua para riego.
En cuanto a las acciones de extensión, se diseñó y construyó un sistema demostrativo de riego transportable, que considera sistemas de impulsión y distribución, con energía convencional y energía fotovoltaica, para riego en la Agricultura Familiar, que puede ser trasladado a diferentes zonas rurales para explicar en terreno las características técnicas de los sistemas de riego. La investigación también está focalizada en el uso eficiente que debemos hacer del agua para uso en riego. Con ese objetivo hay estudios de diferentes tasas de riego, monitoreos con distintas tecnologías que evalúan el estado de la planta, la humedad en el suelo y las condiciones atmosféricas y que han ido proporcionado datos para definir niveles óptimos de riego, es decir, cantidades de agua de riego más precisas para los requerimientos del cultivo, principalmente trabajos realizados en praderas, donde el exceso de agua de riego puede significar altos costos asociados fundamentalmente a la provisión de energía.
¿Qué resultados de investigación demuestran la eficiencia del riego?
Diversas investigaciones han demostrado que los cultivos requieren una cantidad de agua en relación a las características del cultivo, las condiciones climáticas y la capacidad de retención de humedad del suelo que es óptima, es decir, la planta alcanza su mejor potencial productivo y la falta de agua o exceso de ésta implica un uso ineficiente, sin embargo, a este concepto fisiológico se agrega otro factor que es el interés económico del productor y que en estos últimos años ha encontrado respuesta en la estrategia del riego deficitario controlado, que consiste en aplicar riego en momentos específicos del desarrollo fenológico de la planta, de tal forma que la merma o déficit exigido, no afecte sensiblemente la producción y la rentabilidad del cultivo. Con estas investigaciones y experiencias, se ha logrado establecer importantes reducciones de agua en el riego.
Por otra parte, el uso de diferentes tecnologías de monitoreo de planta, suelo y clima, se ha podido determinar que por ejemplo el agua de riego, en diversos cultivos ingresa y profundiza más allá de la masa radicular de la planta, con ello se comprueba que hay agua que el cultivo no aprovecha y se pierde por infiltración. También el uso de imágenes espectrales de los satélites o diversos sensores montados en drones han demostrado que las aplicaciones de riego, principalmente en grandes superficies, no son uniformes generando pérdidas por exceso o deficiencia de agua.
Otro aspecto, el más conocido en relación a la eficiencia en riego, es la diferencia entre los distintos sistemas de riego. En nuestra zona por ejemplo se utilizan fundamentalmente sistemas de riego tecnificado por aspersión y goteo, lo que implica eficiencias en torno al 70% y 90% respectivamente, sin embargo, esto varía si los diseños, operación y mantención no son los adecuados.
¿En qué rubros hay mayor potencial?
Más que un rubro en particular, como frutales, cultivos o praderas para la ganadería, el mayor potencial se verá en aquellos rubros cuyo análisis de costo-beneficio incline la balanza hacia la inversión en riego, pero además, el análisis debe contemplar que esta es una tecnología de avanzada. Esto significa que todos los otros factores productivos han sido abordados correctamente y el riego es la herramienta que permitirá dar el siguiente salto productivo, el delta que permite seguir creciendo en el rubro.
Un factor que es externo y que el productor no maneja, es el mercado. Dependiendo de qué rubros se transformen en un producto interesante en el futuro, ese elemento jugará un rol preponderante en el análisis costo-beneficio.
Finalmente, el cambio climático y sus consecuencias ya establecieron condiciones de producción difíciles de modificar, entre ellas que la disponibilidad de agua es cada vez más reducida y los costos energéticos suben, por ello la tecnología de riego será una herramienta ineludible y su uso eficiente una condición fundamental para el desarrollo productivo agropecuario en nuestra zona y en gran parte del país.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación, desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas. Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático, Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país, creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la población, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido en cada uno de sus proyectos.
INIA, más de 55 años liderando el desarrollo agroalimentario sostenible de Chile.
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