viernes, julio 01, 2016

Artista Francisco Mora explora la ciudad y su identidad con la muestra «ADN City» que inaugura hoy en el Diego Rivera


A las 19 horas

Movimientos, humo, cenizas y rastros de una urbe que no se detiene, que vive del movimiento y que ahora es visitada en un viaje y un estudio identitario por parte del artista Francisco Mora (Fraismodo) quien flota a ras de suelo sobre Puerto Montt con la muestra “ADN City” que inaugura hoy a las 19 horas en la Sala Hardy Wistuba de la Casa del Arte Diego Rivera. Entrada liberada.

Con el apoyo de la Corporación Cultural de Puerto Montt, la muestra –instalación- rebota en las piezas de mica, en los muros y en el techo de la sala, haciendo que la descomposición de imágenes y luces dé una carácter interpretativo a lo que cada uno observa, “tal como pudiera ser en el recorrido de una persona por el centro de la ciudad”, dijo.

Con un fuerte acento fenomenológico, la exposición muestra procesos, vida cotidiana, emergencias reunidas en una identidad convertida en humo. Humo que puede provenir de un incendio provocado. De un accidente. De chimeneas que expulsan las cenizas del carbón sacrificado para calentar el hogar. Mensajes en código que han de ser descifrados.



FRAISMODO

Francisco Mora Donoso (Talcahuano) es un pintor expresionista y surrealista que desde hace 18 años plasma su mirada crítica por la pérdida de identidad de la ciudad que lo acoge: Puerto Montt. Su primera actividad como artista visual fue en 1994, representando a la ciudad mencionada en “Color Joven”.

Desde 2004 exporta sus obras a EE.UU., Curazao, Puerto Rico, España, Argentina. Participa en galerías como “Artexpression” y “Zagra”, EE.UU.; “Viaarte”, Argentina.

En 2007 participa como único artistas chileno en la Exposición Iberoamericana para la Galería Jadite Art., EE.UU. Otras exposiciones destacadas son “Sombras” en 2009 y “Plan B” (2011).

A través de sus numerosas exposiciones, muestra a través de un trazo firme y una visión geométrica su perspectiva del desarrollo moderno que atañe a la modernidad y cómo se conjuga con la existencia de las personas.

A veces con ironía, pinta entremezclando formas y materiales duros y pesados como el cemento, transparentes como vidrio, sensibles a modo de madera y resistibles como el fierro.

Estos materiales, propios del entorno de la ciudad, dan paso a la interpretación de un crecimiento que arrebata a la existencia la humanidad en la que debiera desarrollarse, al evitar que se encuentre con el entorno natural de la cual procede.