lunes, mayo 02, 2016

La verdad de reunión FAO en Concepción


Pymepes criticó quiebre de grupo focal de Concepción por «berrinche» de ASIPES

  • Gremio industrial se retiró del encuentro debido a que concurrentes no aceptaron que se responsabilizara al sector artesanal del colapso de los recursos pesqueros.

El gerente de Pymepes A.G, Alfredo Irarrázaval, salió al paso de la información de prensa que calificó el encuentro de la FAO en Concepción como normal. Al respecto, aclaró que la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), se retiró de la reunión –junto a los trabajadores de sus empresas-, porque los concurrentes no aceptaron que impusieran su idea de responsabilizar a la pesca artesanal por el colapso de las pesquerías bajo el argumento de que existe un sobre-esfuerzo.

“No estuvimos disponibles para criminalizar a la pesca artesanal, menos considerando que Asipes utiliza el arte más depredador para capturar merluza común, mientras la pesca artesanal lo hace con anzuelo o espinel”. Esto considerando, además, lo que ocurre con los programas de monitoreo del descarte que autorizan que miles de toneladas de merluza común sea devuelta muerta al mar, “este daño irracional lo realiza la industria y no la pesca artesanal”, indicó Irarrázaval.

Para las pymes pesqueras la pesca artesanal debe ser protegida y defendida en estas instancias porque trabajan para el consumo humano al igual que las pequeñas empresas de Pymepes, política que FAO promueve a nivel mundial.

“ASIPES no estuvo a la altura. No dio su voto para un acuerdo que permita una política clara de consumo humano de la población; nosotros a diferencia de ellos nos mantuvimos respetuosamente trabajando con la FAO toda la jornada”, puntualizó.

Situación de la merluza común

Sobre la criminalización intencionada que Asipes busca generar sobre la pesca artesanal de merluza común, hay que recordar que la pesca de arrastre utilizada por la industria ha acabado por extinguir otras especies como el Orange Roughy y el Alfonsino. “Hoy lo hace con la merluza común y el congrio dorado, mañana será la jibia y la reineta. Esto no puede seguir y esperamos que FAO le ponga un atajo”.

Recordó que por la merluza común la industria recibió un regalo por parte de la ley de pesca; tiene el 60% de la cuota global de este recurso y opera solo con un par barcos que al arrastre generan 20 puestos de trabajo, mientras miles de pescadores artesanales y sus familias se reparten el 40% de la cuota. “Es una distribución injusta e insuficiente que debe ser revisada por el Congreso”.