En el Diego Rivera, 18 horas
Un científico infeliz que quiere recuperar al amor de su vida y el drama real de la inmigración en Europa son las tramas que traen las películas “O homem do futuro” (Brasil, 2011, 106 minutos) y “Viaje a Portugal” (Portugal, 2011, 70 minutos) que se exhiben hoy a partir de las 18 horas en la Sala Mafalda Mora de la Casa del Arte Diego Rivera, con entrada liberada.
La exhibición llega gracias al trabajo conjunto de la Corporación Cultural y la Cineteca Nacional y continuará el martes 5 de mayo con los filmes “La lucha de Ana” y “El Almanaque”.
RESEÑA “O HOMEM DO FUTURO” (18 horas)
Zero es un científico genial, pero muy infeliz y que odia a su propia vida. Fue humillado públicamente en la universidad, hace 20 años, y ha perdido al amor de su vida, Helena. A punto de ser dimitido, Zero pone en funcionamiento el acelerador de partículas más barato del mundo, antes de que esté totalmente concluido.
El experimento falla, pero Zero accidentalmente vuelve al pasado y se ve delante de la oportunidad de cambiar los errores. Nuestro héroe aprenderá que manipular los caminos del tiempo es más difícil (y confuso) de lo que parece. Zero retorna a un tiempo presente alterado y descubre que se ha convertido en un sinvergüenza. Y lo peor es que esta nueva realidad lo ha apartado aún más de Helena. No hay otra salida que volver al pasado e intentar impedirse a sí mismo de alterar el presente.
RESEÑA “VIAJE A PORTUGAL” (19.30 horas)
Es una película, basada en un hecho real, políticamente comprometida acerca de los procedimientos europeos de control de fronteras en el aeropuerto y su trato inhumano, que se ha vuelto totalmente aceptado en la actualidad.
María, una ciudadana ucraniana, es detenida a su llegada a Faro, Portugal, a pesar de tener un visado de turista en regla. Agotada y deseosa de ver a su marido, María se enfrenta al engorroso proceso de ser interrogada por la policía. De todos los pasajeros de su avión, María es la única que es detenida e interrogada por la Policía de Inmigración portuguesa. La situación se convierte en una pesadilla cuando los agentes de la Policía se percatan que el hombre que espera a María en el aeropuerto es de Senegal.