Jaime Arriagada Araya
Arquitecto y Docente Escuela de Construcción Universidad Central
Hace pocos días el Puente del Canal de Chacao vuelve a ser noticia tras el anuncio del MOP respecto a la adjudicación del proyecto al consorcio OAS, Hyundai, Systra, Aas-Jakobsen.
Se trata de una obra de más de 2.600 metros de extensión y, de acuerdo a cómo se ha definido, “es el proyecto de mayor envergadura, en diseño y construcción, que se ha llevado a cabo bajo la modalidad de contratación tradicional, a través de la Dirección de Vialidad del MOP”.
Ante eso se debe tener claro que serán muchos los factores importantes que vendrán ante una edificación de tal escala.
Sin lugar a dudas la función será lograda en base a los estándares técnicos exigidos por los organismos correspondientes, pero no deberíamos olvidar otra parte importante de esta obra: Será un icono del acceso a uno de los núcleos turísticos de nuestro país e incluso un referente nacional.
Diversas obras a nivel mundial han demostrado que es perfectamente posible generar edificaciones que reúnan ambas características.
Al parecer es una incógnita saber cuál es la forma que tendrá el puente; si ésta responderá a solo ser una estructura soportante o si se pretende rescatar una estética que deberá ser estructurada posteriormente. Esto es la eterna discusión de forma y función.
Existe una gran diferencia en la cantidad de recursos para llevar a buen término alguna de estas dos alternativas y, las bases de licitación vendidas, deben tener alguna claridad que aún desconocemos frente a esto. Así como existen obras bien planificadas que se transforman en nuevos hitos urbanos transformando sectores decadentes en zonas turísticas de gran valor, también existen otras que sólo generan anticuerpos o no aportan más que la función para la cual fueron destinadas sin incorporar otras variables relevantes.
Finalmente llegó el momento de posicionarse en un punto donde se debe discutir sobre la futura Forma y Función del puente del Canal de Chacao con altura de miras y sin perder de vista la participación ciudadana como como actores principales de una de las obras de mayor importancia para el futuro de la zona sur de nuestro país.