jueves, mayo 03, 2012

Evolución de cuadros respiratorios en menores de seis meses es muy rápida


Diego Muñoz, médico y académico de Facultad de Medicina y Biociencias, dice que en los niños lo más importante es que estén al día con el calendario de vacunas del Plan Nacional de Inmunizaciones que previene, entre varias otras, las enfermedades respiratorias.

por Diego Muñoz Rozas
Académico de la Facultad de Medicina y Biociencias
Universidad San Sebastián

Aconsejan consultar a especialista siempre
  • En especial los padres primerizos no saben si acudir al médico con su hijo aquejado de una patología respiratoria, pues no dimensionan la gravedad. Prevalencia de estos cuadros empieza a aumentar en esta época.
Con ciertos niños más vale pecar de exagerado. Los lactantes menores de seis meses y en especial aquellos prematuros deben ser llevados siempre al médico cuando cursan un cuadro respiratorio. No hacerlo, puede acarrear severas consecuencias.

A medida que bajan las temperaturas y aumentan las lluvias, también las enfermedades típicas del invierno registran alzas. El médico Diego Muñoz Rozas, académico de la Facultad de Medicina y Biociencias de la Universidad San Sebastián, dice que las principales patologías de invierno son “las enfermedades respiratorias infecciosas, como la influenza, las faringitis y las neumonías”.

Explica que el incremento de estos cuadros se debe a que “se generan condiciones ambientales que facilitan la transmisión de bacterias y virus, por ejemplo, hacinamiento y encierro, mayor cercanía física de las personas, pues el contagio se realiza principalmente a través de secreciones respiratorias al hablar, toser, estornudar y llorar, y a través de las manos. También influyen la menor ventilación de los ambientes y el uso de sistemas de calefacción en base a parafina y leña, etc. Por lo tanto, cambia el perfil de las bacterias y virus que son más comunes en estas estaciones”.

El doctor Diego Muñoz plantea que, en el caso de lactantes y niños, especial cuidado se debe tener con los “menores de dos años y sobre todo menores de seis meses; los niños de mayor riesgo son los que tienen antecedentes de prematurez (nacidos antes de las 32 semanas de gestación) y aquellos que tienen antecedentes directos o familiares de asma, rinitis o alergias, y niños con antecedentes de enfermedades respiratorias crónicas”.

Cuidado si hay compromiso general

El académico dice que en los menores de seis meses, los cuadros respiratorios pueden cambiar en un tiempo muy breve, por lo tanto, se aconseja siempre consultar con un especialista.

También recomienda estar atento a otros signos como “si se altera la frecuencia respiratoria, es decir, cuando se respira más rápido o más lento de lo normal y/o de forma agitada”. Otras señales de alerta son que se hunda el pecho o los espacios entre las costillas al respirar, cambios de coloración en labios o uñas (tinte azulado) y ruidos anormales asociados a las respiraciones (quejidos, silbidos, etc.)”.

Asimismo, los padres o cuidadores deben reaccionar rápidamente si el niño presenta compromiso del estado general con síntomas como decaimiento intenso, pérdida del apetito, calofríos, vómitos, malestar general y dolor de cabeza, además de fiebre alta (sobre 38,5 °C de temperatura rectal) la que no cede con medicamentos antipiréticos y, en especial, cuando éstos aparecen bruscamente.

El médico dice que especial cuidado se debe tener cuando, pese al tratamiento sintomático y medidas de cuidado general y/o tratamientos específicos, el menudo paciente no presenta mejora del cuadro en 48 a 72 horas desde la primera consulta.
Otro aspecto que debe inquietar a los padres es que el niño presente cambios de la conducta habitual, como irritabilidad o rechazo de la alimentación.

Lo importante, en el caso de los más chicos, es estar muy atento a la evolución del cuadro que suele cambiar en un lapso muy breve.

Recomendaciones

Siempre es mejor prevenir que curar. El doctor Diego Muñoz entrega algunas recomendaciones:
-Lavado de manos frecuente (varias veces al día) con jabón, y siempre después de manipular el rostro, toser o estornudar.
-Lavado de manos con alcohol gel, si no se dispone de agua y jabón.
-No estornudar ni toser directamente sobre las manos; hacerlo cubriéndose nariz y boca con un pañuelo desechable o con la parte interna del codo.
-Inmunización anti-influenza anual, especialmente en grupos de riesgo y en el caso de los niños, que estén al día con el Plan Nacional de Inmunizaciones.
-Inmunización anti-neumocócica, cuando lo indique el médico.
-Mantenerse a una temperatura estable, evitando cambios bruscos de temperatura, especialmente la exposición sin protección a temperaturas bajas o aire frío.
-Hidratarse adecuadamente.
-Evitar aglomeraciones.
-Evitar tomar contacto con personas enfermas o que tienen síntomas respiratorios.
-Alimentación saludable y balanceada.

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