- Alejandra Barría que cursa quinto básico en el colegio Pumahue de Puerto Montt, obtuvo el segundo lugar en el Concurso Nacional de Fotografía Escolar “Captura tu Entorno”, organizado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
La región de Los Lagos tiene una nueva promesa en el género de la fotografía. Se trata de la pequeña Alejandra Catalina Barría gallardo que cursa quinto año básico en el Colegio Pumahue de Puerto Montt. Y es que la pequeña obtuvo el segundo lugar en la Categoría de Enseñanza Básica del Concurso Nacional de Fotografía Escolar “Captura tu Entorno”, organizado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Acompañada de sus padres, Alejandra recibió un diploma firmado por el Ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke, además de una cámara de fotografía digital. En una sencilla ceremonia que fue presidida por el Director Regional del Consejo de la Cultura y las Artes de Los Lagos, Alejandro Bernales Maldonado, por el Gobernador Provincial de Llanquihue, Francisco Muñoz y por el Seremi de Gobierno, Jaime Brahm, la pequeña promesa de la fotografía relató su ya “amplia” trayectoria como fotógrafa aficionada y los pormenores de su participación en el concurso.
Además, gracias a Alejandra, su colegio recibió un Set de Libros Fotográficos y una cámara digital que apunta a incentivar la fotografía dentro del establecimiento, premio que fue recibido por el director del Pumahue, Luis Alberto Águila.
El Director Regional del Consejo de la Cultura y las Artes de Los Lagos, Alejandro Bernales Maldonado se refirió a este galardón diciendo que “Es un verdadero orgullo para Los Lagos el hecho de que Alejandra haya obtenido el segundo lugar entre más de 14 mil escolares de todo el país que participaron. Ojala que este estímulo incentive a los colegios de la región a incorporar talleres de fotografía en sus programas y que, de esta manera, los niños puedan iniciarse en el arte de la fotografía”.
“Fiesta en Huelmo” es el título de la fotografía de la pequeña Alejandra. La obra, de género documental, nos muestra de manera descriptiva la escena de la fiesta religiosa que se efectúa cada 11 de febrero en la localidad de Huelmo. La acción está muy bien compuesta y logrando un momento muy intenso y de compenetración absoluta de los retratados, dando la sensación que la música va a comenzar a escucharse.