- El especialista en inmunohematología de la U. San Sebastián sostiene que la enfermedad obedece a patrones genéticos y/ ambientales y que la forma más habitual para detectarla es a través del hemograma.
Tras la muerte de Rafaela (8) la hija de Marisela Santibañez, producto de una leucemia detectada hace algunas semanas, surgen dudas acerca de cómo se produce la enfermedad, si es posible detectarla a tiempo y sus consecuencias en el organismo.
El tecnólogo médico y especialista en inmunohematología de la Universidad San Sebastián, José Miguel Erpel, explica que esta enfermedad es un tipo de cáncer que impacta los glóbulos blancos, también llamados leucocitos. Es un cáncer de la médulo osea. “La Leucemia provoca que la médula ósea produzca grandes cantidades de glóbulos blancos anormales. Estos glóbulos blancos se acumulan en la médula e inundan el flujo sanguíneo, pero no pueden cumplir adecuadamente la función de proteger al cuerpo contra enfermedades, puesto que son defectuosas”, sostiene el especialista.
Erpel explica que a medida que la enfermedad avanza, el cáncer interfiere en la producción de otros tipos de células sanguíneas, incluidos los glóbulos rojos y las plaquetas. La enfermedad se puede desencadenar a cualquier edad, no necesariamente niños.
Respecto a cómo prevenirla, el académico recalca que es una enfermedad que no se puede prevenir y que generalmente obedece a patrones genéticos o ambientales. Pero hay síntomas a los que hay que poner alerta como fiebre, palidez inusual, presentación de hematomas, pérdida de apetito y peso, ganglios inflamados, decaimiento y dolores de huesos. “Si se observa esta sintomatología la mejor manera de detectar a alguna anomalía es a través de un hemograma”.
Los niños tienen mejor sobrevivencia que los adultos frente a esta enfermedad, porque sobreviven mejor al tratamiento. “Las leucemias de clasifican en diversos tipos, hay algunas que son crónicas y otras avanzan muy rápido y ocasionan la muerte”, dice el académico de la USS.
Erpel destaca que a nivel sudamericano Chile tiene alta tecnología para diagnosticar estos casos, en cuanto a diagnóstico y tratamiento.